La Cogida Y La Muerte
Enviado por Ps1996 • 18 de Enero de 2014 • 1.388 Palabras (6 Páginas) • 2.486 Visitas
LA COGIDA Y LA MUERTE.
El poema que vamos a comentar está escrito por Federico García Lorca. Nacido en 1898 fue poeta, dramaturgo y prosista español. Perteneció a la denominada Generación del 27 que enlaza con las diversas corrientes vanguardistas de la vida literaria española en los «felices» años veinte; especialmente con el Ultraísmo. Toda esta campaña también era una lucha contra el sistema establecido y hacer visible a Góngora. Hicieron compatibles sus afanes de originalidad con el máximo respeto por la tradición.
Junto con este contexto, tenemos que en agosto de 1934 en la plaza manchega de Manzanares Ignacio Sánchez Mejías sufrió una grave cogida que le acarreó la muerte pocas horas después. Era el torero amigo de poetas del 27 ya que no sólo tenía afición por los toros, sino que también mostraba inquietudes por el ámbito de la letras, llegando a publicar una obra de teatro.
Este accidente mortal llevará a García Lorca a publicar en 1935, un año después, la obra que nos ocupa: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Está compuesta por cuatro elegías que tienen como objetivo homenajear tanto al torero como al amigo. Concretamente, vamos a centrarnos en la primera de ellas: “La cogida y la muerte”.
El tema de esta parte es la muerte del torero en su sentido más superficial, más real. De manera más amplia podemos decir que nos cuenta el cómo, cuándo y de qué muere el torero. Podríamos hablar del estado de recuerdo en el que se sumerge el García Lorca en este primer poema a modo de presentación de las circunstancias.
Al tratarse ya de una parte de un todo, no podría dividir este poema diferenciando ideas, pero sí que es detaclabe el uso de la repetición de “a las cinco de la tarde” como unión entre imágenes. Por tanto, la disposición de los versos viene marcada por esa repetición de la hora a manera de estribillo redundante.
Por lo que respecta al análisis formal, destacar que en toda la obra, Lorca se preocupó de elegir una métrica específica para cada una de las partes en relación directa con el contenido que se trata en ellas. Mientras que en la segunda elegía se decanta por los octosílabos o en la tercera por los alejandrinos, en esta primera podemos observar que los versos son endecasílabos sin rima y están combinados con el verso octosílabo a modo de estribillo “a las cinco de la tarde”. Sabemos que realmente el torero murió dos días después de la cogida, pero García Lorca hizo que se esta hora quedara en el colectivo por encima de la real.
En cuanto a las imágenes simbólicas antes mencionadas, el poeta se centra en mostrar la muerte en diferentes caras: "la blanca sábana", "una espuerta de cal", "el viento se llevó´los algodones", " y el oxido sembró cristal y níquel", "los sones de bordón", "las campanas de arsénico y el humo", "el sudor de nieve", "la muerte puso huevos en la herida", "un ataúd con ruedas es la cama", "huesos y flautas suenan en su oído", "el toro ya mugía por su frente", "el cuarto se irisaba de agonía", "viene la gangrena", "trompa de lirio por las verdes ingles" y "las herdas que quemaban como soles".
Aunque no sólo en símbolos vemos la muerte, la tenemos también en metáforas como “luchan la paloma y el leopardo” en la que sería el torero luchando contra el toro, “cuando la plaza se cubrió de yodo” o “un muslo con un asta desolada”.
Por tanto, García Lorca puso especial cuidado en utilizar tanto en la sucesión de imágenes como en las metáforas una serie de elementos que están relacionados, en mayor o menor medida, con la muerte. Así, por ejemplo, tenemos constancia de que la “cal” es usada por los enterrados.
En el aspecto más semántico, destacar el escaso uso de adjetivos, pero no por ello han de ser menos importantes. El poeta supo elegirlos también acorde con el tema de la muerte, pues “terrible”, “desolado”, “blanco” pueden entenderse dentro del campo semántico de la muerte.
Como conclusión, Federico García Lorca era conocido como un poeta de sentimientos y cómo los reflejaba en sus escritos. Fiel ejemplo esta obra dedicada a su amigo, que plasma con una combinación de métrica,
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