La Educación Ambiental

La educación ambiental

El consumidor del siglo XX estaba desprevenido contra la avalancha de emociones que destila cada nuevo producto o servicio. El consumidor del siglo XXI se está transformando. Cada vez tiene más y mejor información (aunque hay que seguir organizándola para que sea aprehensible), es más perspicaz, más solidario y más consciente de las implicaciones de sus actos de consumo. Aún queda un buen trecho para que la transformación penetre en todos los sectores sociales, pero el camino está marcado y se está empezando a caminar.

Y ese camino, para que sea posible, ha de ser gradual. Lo más accesible para los habitantes del mundo desarrollado es la práctica del consumo responsable. No nos cuesta tanto hacer las cosas mejor.

Donde antes existía una necesidad, se creaba un producto que la cubriera; ahora surge primero el producto para después provocar y fomentar en las personas la necesidad de consumirlo. Y así, sin darnos demasiada cuenta, pasamos de ser consumidores a ser consumistas. Con ello no solo cambiamos nuestro modelo de consumo, si no también cambiamos nuestra escala de valores, nuestra manera de relacionarnos con el entorno, nuestra huella ecológica.

El rumbo que ha tomado la sociedad desarrollada estos últimos años ha propiciado la creación de una nueva disciplina educativa: la Educación Ambiental. Con ella se pretende concienciar de la necesidad de un desarrollo sostenible capaz de permitir los avances de la sociedad del presente sin poner en peligro el entorno o las generaciones venideras.

Pero esta educación no solo intenta concienciar a los educandos, si no que aspira a conseguir que las personas abandonen el papel pasivo que a fecha de hoy aún poseen para convertirse en ciudadanos/as activos/as, protagonistas de las acciones necesarias de llevar a cabo para conseguir una sostenibilidad medioambiental.

De hecho, así lo establece la Carta de la Tierra, declaración internacional promovida por las Naciones Unidas en defensa de la consecución de una sociedad mundial sostenible, solidaria, justa y pacífica para el siglo XXI, fundada en el respeto hacia la naturaleza.

Objetivos pedagógicos

A continuación, se presentan los objetivos generales y específicos del proyecto educativo.

Objetivos Generales

1. Concienciar a la población en general, y a la infancia y juventud en particular, en la necesidad de un desarrollo sostenible y una cultura de consumo responsable y ahorro energético y de agua, a través de una actividad atractiva, lúdica y educativa.

2. Sensibilizar sobre el despilfarro energético y el cambio de la dependencia de los combustibles fósiles a la utilización de las energías renovables.

3. Promover y promulgar un estilo de vida basado en el consumo responsable y el respeto al medio ambiente.

Objetivos Específicos

Se describen para conseguir el logro

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