La Figura De Bolivar
Enviado por danialbert • 9 de Junio de 2013 • 2.852 Palabras (12 Páginas) • 408 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del poder popular para la educación
Asociación venezolana de educación católica
U. E Dr. José Gregorio Hernández
Profesora:
• Massiell Araujo Mora
Integrantes:
• Hernández Fanny
• Sanchez Osmary
• Valero Keily
Hernández, mayo de 2.013
Más que un valioso símbolo histórico americano, es el ciudadano que cambió el rumbo de nuestra historia; es el caraqueño cuya gloria está inmortalizada en cada una de las plazas mayores de Venezuela y de algunos otros países. Ecuestre, en busto o de pie, él mira hacia el Norte por norma, sin perder de vista la victoria; vivo en la memoria de la República Bolivariana Venezuela, Quinta República que dignifica la memoria y lleva a la práctica el pensamiento de Simón Bolívar, El Libertador. Fueron apenas cuarenta y siete años los que pudo contar su cuerpo pero su genio logró trascender a la historia: aún doscientos doce años después de su natalicio honramos a quien llevara el nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Aquel hombre sería alcanzado por un destino único y su gloria le procedería en siglos. Aún la montaña más alta de Venezuela lleva su nombre, el Pico Bolívar, rayado de nieve, es el hogar de un busto y una placa que permite leer: "Libertador: la cumbre más alta de Los Andes es todavía pequeño pedestal para tu gloria". Los países homenajean su figura: en Nueva York, París, Madrid, Hamburgo, Roma, Londres y Buenos Aires, entre otros, los monumentos recuerdan su gesta. En todo el mundo y en el universo hay barcos, estrellas, montañas, ríos, pueblos y ciudades llamados Bolívar; hasta Estados Unidos tiene quince localidades con el nombre del caraqueño inmortal. En su tiempo gozó de fama y notoriedad. Reseñas de la época hablan de la existencia en Europa de abanicos, placas de marfil, panes y vajillas con su rostro; sombreros y botas a su usanza; publicaciones que dan cuenta de su vida y hazañas, como la reseña que se incluye, en el periódico The Columbia de Nueva York. Pero es significativamente más importante su legado de pensamiento, con respecto al revuelo que causó en aquella sociedad. Es por eso que en este momento histórico, el pueblo venezolano hace honor a el Libertador, no sólo llamándose a sí mismo bolivariano, sino dando continuidad a su lucha antiimperialista, su lucha por la integración y la reivindicación de los pueblos. Simón Bolívar en sus últimos días de vida fue víctima de repudio y maltratos. Venezolanos o colombianos, hombres conducidos por la codicia, la envidia y las ansias de poder que en otros tiempos habían concurrido al llamado patriota para quebrar al ejército realista y al yugo monárquico, una vez abierto el camino acusaron, vilipendiaron e intentaron vulnerar la gloria del caraqueño. Aquellos insensatos como Francisco de Paula Santander quien fraguó un plan para asesinarlo, o como José Antonio Páez, quien después de jurar lealtad sosteniendo la espada del mismísimo Bolívar volvió su filo contra él para evitar incluso que muriera en la tierra que lo vio nacer; aquellos, no sólo rompieron el sueño de Bolívar, de construir un titán americano, una sola tierra sin fronteras, una conformación de países ricos, organizados e imbatibles; sino que rompieron también la posibilidad irrepetible de juntar a las patrias nacientes y sin vicios en una sola. El General Bolívar con fecundidad ardiente, con gran inteligencia. Una primera educación no muy brillante, pero cuidada, de caballero. Gracias a esto pudo abrazar fácilmente las ciencias, las artes, la literatura y dedicarse más profundamente a la ciencia política y arte de la guerra, como también el arte oratorio y al de escribir en los diferentes estilos que debe emplear el hombre de estado, el militar y el hombre privado. Posee energía; es capaz de una resolución fuerte y sabe sostenerla. Sus ideas nunca son comunes, siempre grandes, elevadas y originales. Sus modales son afables. Practica una sencillez y modestia republicanas, pero tiene el orgullo de un alma noble y elevada. Su genio es emprendedor y une a esta cualidad una gran actividad, mucha viveza y perseverancia. Sus ideas son como su imaginación, llenas de fuego, originales y nuevas, en sus conversaciones hace muchas citas, pero siempre bien escogidas y apropiadas al objeto. Durante la conversación íntima cambia de tema y postura con ligereza. Es muy diferente ver a su Excelencia en una reunión de etiqueta que con sus amigos, con estos es más alegre y, a veces, el más loco… En una reunión de más etiqueta sus modales distinguidos lo hacen resaltar en todos como el más caballero, amable e instruido. En el político es fundamental conocerse. Es rara esta cualidad; lo corriente es que el individuo ignore sus posibilidades, que se supervalore o se subestime, que tenga entrabada su personalidad por una de esas embarazosas armaduras psíquicas que son los complejos. En el prepórtico de su vida pública, Bolívar escribió: "Es siempre útil el conocerse, y saber lo que se puede esperar de sí". Con claridad entendió cuál era su empresa, y no se equivocó en cuanto a su temperamento y sus aptitudes. Dice que no está hecho para la función sedentaria y que detesta la administración. Sabe que los peligros lo tonifican; siente que su ánimo se estimula ante la adversidad. No pide reposo material para pensar mejor; sabia abstraerse, aislarse en medio de humanos torbellinos y concentrarse en la meditación de sus ideas. "Hay hombres -decía- que necesitan estar solos y bien retirados de todo ruido para poder pensar y meditar; yo pensaba, reflexionaba y meditaba en medio de la sociedad, de los placeres, del ruido y de las balas. Sí, me hallaba solo en medio de mucha gente, porque me hallaba con mis ideas y sin distracción". En cuanto a su personalidad mental -en sentido estricto- la apreciación más exacta, comprobable por quienquiera que analice su obra, es la que de manera condensada él mismo formula: "No soy difuso.... soy precipitado, descuidado e impaciente..., multiplico las ideas en muy pocas palabras". Estudiaba la personalidad psíquica de sus amigos, y aplicaba a cada uno el tratamiento adecuado; en este sentido es un psicólogo espontáneo, sus cartas más cuidadosas y políticas son para Santander, sus cartas más plenas de nobleza y afecto son para Sucre. El Libertador tenía noción de su propia personalidad, y sabía los linderos y la dimensión de su esfuerzo. Conoció la magnitud de su obra; era llano y sencillo. En las páginas de Peru de Lacroix, quien lo retrata con ojos de intimidad, se advierte la personalidad de Bolívar constituida por rasgos sobrios y severos, fáciles en todo momento de ser
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