La Gripe Porcina
Enviado por copies • 9 de Junio de 2013 • 1.619 Palabras (7 Páginas) • 341 Visitas
artes del ensayo pueden dividirse en las tres partes clásicas de todo texto: una introducción, el contenido desarrollado, y una conclusión.
Es importante resaltar que el ensayo no posee una estructura definida y formal de redacción.
Como bien señala el teórico José Luis Gómez-Martínez "Al decir que el ensayo no posee una estructura rígida, se pretende establecer una distinción entre éste y aquellos escritos, destinados a la comunicación depositaria, caracterizados precisamente por una rigurosa organización tanto formal como de contenido"
Esto no quiere decir que no puedan seguir la estructura mencionada, sino más bien resaltar que la característica del ensayo es la libertad del escritor para organizar el contenido.
Introducción.
En la primera parte se realiza una presentación del tema a desarrollar.
El autor, además puede dar a conocer ya de antemano su opinión o tesis y que más adelante intentará demostrar.
Desarrollo.
Aquí el ensayista presenta sus principales argumentos acerca del tema. Ya depende de él la forma y el estilo que en redactará sus tesis. Generalmente se emplea una gran cantidad de datos, ejemplos, comparaciones, y otros recursos.
Conclusión.
En la conclusión se resume la idea o las ideas principales del ensayista. Condensa y reafirma su posición de una manera clara.
Por ejemplo, un ensayo que se exprese en contra de la eutanasia, en la parte conclusiva puede exponer un rápido repaso de los principales argumentos en contra de esa práctica.
Identificando las partes del ensayo.
Invitamos a la lectura del breve ensayo "Mi raza", del escritor cubano José Martí. En la parte inferior del artículo, se muestra un cuadro que resume las partes de este ensayo de una forma esquemática y amena.
Si quieres leer otros ensayos, puedes analizar algunos ejemplos de ensayos cortos, o dar una lectura a obras de otros ensayistas como José Ingenieros o José Ortega y Gasset.
Mi raza. José Martí
Esa de racista está siendo una palabra confusa y hay que ponerla en claro. El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza o a otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos. El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún otro hombre; peca por redundante el blanco que dice: "Mi raza"; peca por redundante el negro que dice: "Mi raza". Todo lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad. ¿A qué blanco sensato le ocurre envanecerse de ser blanco, y qué piensan los negros del blanco que se envanece de serlo y cree que tiene derechos especiales por serlo ¿Qué han de pensar los blancos del negro que se envanece de su color Insistir en las divisiones de raza, en las diferencias de raza, de un pueblo naturalmente dividido, es dificultar la ventura pública y la individual, que están en el mayor acercamiento de los factores que han de vivir en común. Si se dice que en el negro no hay culpa aborigen ni virus que lo inhabilite para desenvolver toda su alma de hombre, se dice la verdad, y ha de decirse y demostrarse, porque la injusticia de este mundo es mucha, y es mucha la ignorancia que pasa por sabiduría, y aún hay quien crea de buena fe al negro incapaz de la inteligencia y corazón del blanco; y si a esa defensa de la naturaleza se la llama racismo, no importa que se la llame así, porque no es más que decoro natural y voz que clama del pecho del hombre por la paz y la vida del país. Si se aleja de la condición de esclavitud, no acusa inferioridad la raza esclava, puesto que los galos blancos, de ojos azules y cabellos de oro, se vendieron como siervos, con la argolla al cuello, en los mercados de Roma; eso es racismo bueno, porque es pura justicia y ayuda a quitar prejuicios al blanco ignorante. Pero ahí acaba el racismo justo, que es el derecho del negro a mantener y a probar que su color no le priva de ninguna de las capacidades y derechos de la especie humana.
El racista blanco, que le cree a su raza derechos superiores, ¿qué derechos tiene para quejarse del racista negro que también le vea especialidad a su raza El racista negro, que ve en la raza un carácter especial, ¿qué derecho tiene para quejarse del racista blanco El hombre blanco que, por razón de su raza, se cree superior al hombre negro, admite la idea de la raza y autoriza y provoca al racista negro. El hombre negro que proclama su raza, cuando lo que acaso proclama únicamente en esta forma errónea es la identidad espiritual de todas las razas, autoriza y provoca al racista blanco. La paz pide los derechos comunes de la naturaleza; los derechos diferenciales, contrarios a la naturaleza, son enemigos de la paz. El blanco que se aísla, aísla al negro. El negro que se aísla, provoca a aislarse al blanco.
En Cuba no hay temor a la guerra de razas. Hombre es más que blanco, más que mulato, más
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