La Importancia De La Competencia Comunicativa En Diferentes Contextos
Enviado por rozyo1608 • 26 de Febrero de 2015 • 1.866 Palabras (8 Páginas) • 7.835 Visitas
Desde nuestra infancia, los seres humanos vamos adquiriendo y desarrollando una capacidad relacionada con el hecho de saber cuándo podemos hablar o cuándo debemos callar, y también sobre qué hacerlo, con quién, dónde, para qué y en qué forma. Es decir, desde niños adquirimos un conocimiento no sólo de la gramática de nuestra lengua materna sino que también aprendemos sus diferentes registros y su congruencia; somos capaces de tomar parte en eventos comunicativos y de evaluar la participación nuestra y la de los otros. Aún más, podemos afirmar que esa competencia es integral, puesto que también involucra actitudes, valores y motivaciones relacionadas con la lengua, con sus características y sus usos, y con los demás sistemas de comunicación en general. Naturalmente, la adquisición de tal capacidad debe estar ligada a una experiencia social, a unas necesidades, a unas motivaciones y a una acción.
La competencia comunicativa es un conjunto de normas que se va adquiriendo a lo largo del proceso de socialización y, por lo tanto, está socioculturalmente condicionada. Así pues, esa Competencia Comunicativa exige no sólo la habilidad para manejar una lengua sino además saber situarse en el contexto comunicativo de cada comunidad específica, en sus diversas formaciones sociales, culturales e ideológicas.
En la actualidad, la competencia comunicativa es vista como un compendio de saberes, capacidades, habilidades o aptitudes que participa en la producción de la convivencia y las relaciones personales y grupales, ya que la coexistencia humana requiere la mediación de una eficaz comunicación.
Importancia de la Competencia Comunicativa
La comunicación ocupa alrededor del 80% del tiempo total de los seres humanos. Este tiempo se reparte en mayor medida en las habilidades orales (escuchar y hablar) y en menor medida en las habilidades escritas (leer y escribir). En cualquier situación, un hablante competente utiliza sus competencias comunicativas.
Dicen que una buena comunicación permite mantener un clima de concordancia entre los seres humanos, ya que todos los conflictos pueden arreglarse si se da una comunicación efectiva; sin embargo, saber comunicarse es el reto que tenemos que vencer, ya que todos estamos deseosos de ser escuchados, por lo que hablamos, hablamos y hablamos, pero no hay quien escuche.
Debe buscarse la forma de hacer una comunicación eficaz, sencilla, clara y precisa; es decir, donde quedan bien claros los mensajes.
La familia es la primera escuela donde desarrollamos nuestra competencia comunicativa. La forma como aprendemos a comunicarnos en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicamos con los demás. Así el niño comienza aprendiendo gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos, comunicándose a través de ellos. Es la familia la que entiende e interpreta lo que quiere decir. Así las familias establecen formas de coordinarse que determinan y satisfacen las necesidades de todos sus miembros. La forma de comunicarse que tienen los miembros de la familia, determinará la forma en que los niños que en ella crecen aprendan una manera de emocionarse y de pensar. Esto significa que cada familia enseña a través de la forma que tiene de comunicarse, su estilo particular; los valores, forma de pensar y mirar el mundo. El secreto de la estabilidad familiar estriba en mantener una buena competencia comunicativa.
La familia no es solamente un grupo de personas que conviven y comparten vínculos de sangre y apellidos. Es también algo más que una organización de individuos que coopera entre sí. La familia debe ser entendida como una comunidad, como un grupo donde las relaciones entre miembros tienen un profundo carácter afectivo y son las que marcan la diferencia respecto de otro tipo de grupos. Bajo esta perspectiva, las reacciones emocionales en el contexto familiar son una fuente constante de retroalimentación de las conductas esperadas entre los miembros de la unidad. Las comunidades familiares son espacios de implicación personal donde cada uno es necesario singularmente y, por lo tanto, no reemplazable en igualdad de términos. La familia es la construcción que resulta de la unión de los elementos personales que conforma esa comunidad.
No solamente es conveniente establecer un ambiente comunicativo dentro de la familia por cuestiones de convivencia y de carácter emocional, la familia además, debe contribuir a la adquisición y al dominio de competencias sociales dentro de un nuevo marco social y los procesos dialógicos ayudan en buena medida a conseguir este fin.
Debemos construir desde la comunicación, desde el diálogo, una buena práctica y así procurar las condiciones más favorables para que se produzca la transmisión efectiva de valores. Estos actuarán como elemento de cohesión creando cultura de grupo y espacios comunes de pertenencia.
Los padres son el mejor ejemplo para enseñar a los hijos a desarrollar sus habilidades comunicativas y lograr una buena competencia; Un buen conversador no nace... se hace, y siempre es muy valiosa una persona que sabe conversar.
La función de la escuela es favorecer el desarrollo de competencias lingüísticas y comunicativas de los alumnos de manera que se constituyan en hablantes competentes. Un hablante competente es aquel que logra tanto producir como interpretar enunciados adecuados a la situación en la que participa, que puede valerse de la lengua como herramienta para lograr diferentes propósitos y sabe adaptar su lenguaje según la situación. Además, puede diferenciar, comprender y producir diversos tipos de enunciados o géneros discursivos tanto escritos como orales de amplia circulación social, como relatos, recetas, noticias, instructivos, informes, etcétera.
El ámbito académico es, además del contexto familiar, uno de los procesos en los que más se desarrolla la competencia comunicativa, ya que es ahí donde una persona perfecciona su habilidad de comunicación para poder
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