La Muerte Y La Doncella
Enviado por Sheilee • 4 de Marzo de 2014 • 427 Palabras (2 Páginas) • 457 Visitas
La obra “La muerte y la doncella” de Ariel Dorfman, guarda fidelidad con la historia de la dictadura de Pinochet. Es decir, sólo se ve representada una parte de lo que fue este acontecimiento pero a través de tres perspectivas muy importantes; el torturado (Paulina), el torturador (Roberto) y quien quisiera esclarecer lo que tanto daño causó (Gerardo). Dorfman sólo utilizó tres personajes para su obra pero, aunque eran pocos, fueron claves para exponer el mensaje que quería dar a sus lectores; representar simbólicamente la historia que estremeció al país de Chile (por lo menos eso entendí). Leer la historia de la protagonista de esta obra entristece y enfurece a la vez. Entristece porque las torturas fueron horribles y más cuando te manipulan psicológicamente con hermosas piezas musicales como las del austriaco Franz Shubert. Por otro lado, enfurece porque no se hace justicia, por lo menos la debida. Es decir, la comisión que tenía a cargo los casos de estos inocentes no hacía nada, como bien se expone a través del personaje del abogado y en el prefacio de la obra. No me gustaron los propósitos de la Comisión Rettig porque no identificar a los culpables de las torturas ni juzgarlos es absurdo. Creo que algún tipo de castigo merecieron y no es que me sienta representante de justicia o con derechos de juzgar pero una cárcel u otro tipo de castigo era meritorio en esa situación. Me parece bien este asunto de hacer público toda esta situación por motivos de oficializarlo en la historia pero creo que todos merecemos un juicio y más cuando los causantes de las torturas no se arrepienten de sus faltas, como bien se expuso a través de la protagonista:
“Solo puedo perdonar a alguien que se arrepiente de verdad, que se levanta ante sus semejantes y dice esto yo lo hice, lo hice y nunca más lo voy a hacer.” (Dorfman 80).
Hay ciertos destalles en la obra que son muy reales hoy día. Uno de ellos es el típico hombre que no espera a que su mujer desaparezca bien que ya se ha conseguido una amante:
“Apareció… saliendo de tu dormitorio medio desnuda preguntándote que porqué estabas tardando tanto…” (Dorfman 65).
No me gustó el elemento del pianista Shubert, que de una de sus piezas es que sale el título de esta obra, pues lo utilizaban para torturar:
“Ponía música porque eso ayudaba al rol que me tocaba hacer. El rol del bueno… ponía Shubert para que me tomaran confianza… porque era un modo de aliviarles el sufrimiento” (Dorfman 71).
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