La Mujer En La Edad Media
Enviado por Anasepulveda1 • 26 de Octubre de 2014 • 2.200 Palabras (9 Páginas) • 399 Visitas
La mujer y su representación en la edad media
Muchos artistas han surgido a través de la historia, y sus representaciones en pinturas, esculturas, grabados y distintas formas de realizar arte han dejado un impronta a cerca del paso del hombre por el mundo en sus diferentes posiciones culturales y religiosas.
En cambio, la mujer se la ha representado “ella” como Virgen, en distintas ocasiones representando a Eva, de diferentes autores o alegorías, ellas representaban lo prohibido, lo pecaminoso o el ideal. El principal problema que nos encontramos a la hora de definir la Historia de las Mujeres en la Edad Media, es su ausencia en las fuentes escritas, por lo que no es fácil rastrear sus actividades diarias, sus posicionamientos o pensamientos sino que lo poco que sabemos es a través de los escritos masculinos. Por eso hay que ser cuidadosos a la hora de tener o no por válida la imagen que los clérigos, los únicos que sabían escribir, dan sobre la mujer. A pesar de esta dificultad, hoy en día conocemos a grandes figuras como Leonor de Aquitania, Juana de Arco o Christine de Pisan, así como muchos elementos de su vida cotidiana: podemos conocer qué comían, a qué se dedicaban, cómo cocinaban, qué vestían, etc.
Es realmente difícil determinar si hubo una evolución o un retroceso en la situación de la mujer en la Edad Media. Fueron diez siglos en los que la sociedad, la cultura y las costumbres sufrieron muchas variaciones. Por ejemplo, España comenzó el siglo VIII con tres religiones conviviendo: la judía, la musulmana y la cristiana, que son, además, tres formas distintas de pensar, entender, definir y construir a la mujer.La Iglesia tenía reservadas para la mujer dos imágenes que pretendía instaurar como modelo en una sociedad cada vez más compleja, que había que dirigir con mano de hierro si se quería controlar. La primera de ellas es la de Eva, que fue creada con la costilla de Adán y propició la expulsión de ambos del Paraíso. La segunda es la de María, que representa, además de la virginidad, la abnegación como madre y como esposa. Ambas visiones pueden parecer contradictorias pero no es sino la impresión general que tenemos de la época: lo ideal frente a lo real.
Ligado directamente a este aspecto, y teniendo en cuenta que la virtud más importante para la mujer es la castidad, la cuestión de la sexualidad es ampliamente tratada por el clero. Entorno a ella surgen distintos debates que siempre concluyen en el mismo punto de exigencia para la mujer: despojar al acto sexual de todo goce y disfrute para entenderlo como un deber conyugal, que tiene como objetivo la procreación. Es por tanto, sólo posible dentro del matrimonio y con el esposo, no estando permitida para la mujer, bajo pena de escarnio y muerte, las relaciones extramatrimoniales ni adúlteras. Lo que aún crea debate para los historiadores es si entre los matrimonios, y por tanto en la práctica sexual, existía o no el sentimiento de amor y si fuese así, qué sentido y dimensión tendría.
HIPOTESIS
“LA MUJER, NO ERA TENIDA EN CUENTA EN LA EDAD MEDIA Y EL RENACIMIENTO, COMO MODELO NI COMO ARTISTA. SOLO SE LA RETRATABA A PEDIDO, Y SE LA DESCRIBIA COMO UN SER PECAMINOSO, NO EN SU ROL DE MADRE, HERMANA, ESPOSA, ETC. DENTRO DE LA SOCIEDAD. LA COMPARABAN CON EVA Y LA PERDIDA DEL PARAISO A CAUSA DE ELLA”
Desarrollare, el tema tomando de diferentes autores el paso y la importancia que tenía el sexo femenino, pero que por cuestiones religiosas y/o culturales no alcanzaban el prestigio que muchos hombres consiguieron.
Citare, algunos artistas y obras como ejemplo para comparar lo que se representaba y lo que históricamente se dice de las mujeres de ese tiempo.
DESARROLLO
El hombre, ha dejado por los caminos de los tiempos, las huellas de su cultura, mediante sus obras, tanto edilicias, como en el lenguaje y sobre todo en el arte.
La mujer en cambio, ha trazado su camino, en grandes desniveles donde en épocas se la ve a la par del hombre y en otra etapa posterior, prácticamente negada por los mismos.
En Grecia, la mujer no podía decidir su matrimonio, tal fue el caso de Helena de Troya que el padre y los hermanos la presionaban para que se case con un rico aristócrata. Pero ella amaba a Paris y por ello sufrió.
En cambio los espartanos, dejaban que las mujeres ocupen otro lugar en la sociedad, porque ellos se dedicaban a la guerra, tenían la libertad de que si no quedaban embarazadas de sus esposos, ellos y ellas buscaran otras parejas. Todo ello para aumentar la población de futuros guerreros.
En Atenas las mujeres libres vivían recluidas en sus hogares en una parte de la casa llamada gineceo. Allí eran obligadas a permanecer y se les impedía incluso que tuvieran contacto directo con el sol, hasta el punto de que el modelo de belleza femenino era el de la blancura contrapuesta con el tostado del sol de los varones.
Tanto en Grecia como en Roma había una costumbre muy común: la exposición. Cuando un niño o niña nacían, sus padres podían darles crianza o practicar el abandono. A orillas de un rio, en el campo, no había una idea de paternidad ni de maternidad en ese tiempo.
Las romanas más adelante en cambio, fueron distintas, los Emperadores, legislaban la cantidad de hijos que parían, querían sostener y motivar la proliferación de romanos, y fueron sujetos a un sistema de incentivos y castigos para quien tuviera más o menos hijos.
Y llegamos al Cristianismo, y con el Cristo decía que el hombre y la mujer tenían igual dignidad en el matrimonio. Pablo, en la primera Carta a los Corintios, escribía: “el marido le otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido; La mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido; e igualmente el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer”
Las mujeres fueron excluidas de los oficios considerados masculinos y se propuso para ellas un modelo de conducta sexual. Se estableció el matrimonio ya que regularía las debilidades de la carne, era primordial la tutela masculina para asegurar la virginidad de la novia. Según el Cristianismo, el mal se había arraigado en el mundo por Adán, y por la tanto la regeneración dependía de la negación a la sexualidad. De este modo los Padres de la Iglesia desarrollaron una concepción misógina (desprecio a las mujeres) en la que comenzó a identificar a la mujer y al matrimonio como obra
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