La Norma Culta

LA NORMA CULTA EN EL Español

Con independencia del numero de dialectos del español existentes en un país, o dimensión de la comunidad de habla que usa el dialecto, siempre encontraremos diferencias intracomunitaria entre los hablantes, estas diferencias producen la llamada “norma culta” o “norma de prestigio; esta norma puede ser determinada por los siguientes factores:

1. Factores históricos, políticos o económicos que privilegian una ciudad dentro de una región o una región dentro de un país, este es el caso de Bogotá, Caracas, Ciudad de México o San José, Costa Rica;

2. Factores de diferenciación urbana versus rural, siendo El Salvador, Nicaragua y Honduras los más representativos;

3. Factores de edad, sexo y educación.

4. Factores socio-económicos entre los hablantes situados en una misma área geográfica, como es el caso de Lima, Guayaquil o las tierras altas de Ecuador.

Sea cual sea el tamaño de la comunidad de habla y la naturaleza de los factores que marquen la diferencias entre habla coloquial/vernácula y una habla culta o de prestigio, surge la siguiente interrogante: ¿es culto todo lo prestigioso? O ese prestigio solamente responde a la imposición de una idea por parte de un grupo al resto de los hablantes sin ninguna objetividad. La lingüista chilena Carmen Silva-Corvalan relaciona prestigio con ascenso social y considera las clase media culta es la que observa las formas lingüísticas estándares, reconocidas y aceptadas por las gramáticas normativas. Esta teoría de asociación clase social=norma culta es debatible y la misma autora cita ejemplos de usos lingüísticos y sintácticos que en su país se han extendido de los estratos socioeconómicos mas bajos a otros en forma vertical; sin embargo, no podemos negar que la autora tiene base para afirma que la norma culta, especialmente porque la situación económica facilita el acceso a la educación y por lo tanto a la adquisición de la norma culta, y también porque el prestigio de una variedad de habla frecuentemente se asocia con grupos o regiones donde se concentra el poder económico de nuestros países; pero también no es menos ciertos que en algunos Latinoamérica las normas de prestigio o culta, en muchas ocasiones, se aleja de las “las formas lingüísticas estándares, reconocidas y aceptadas por las gramáticas” como es el caso del español del valle central de Costa Rica o Caracas. En contraposición con la teoría de Silva-Corvalan, Hugo Kubarth considera que el nivel económico tiene poca incidencia sociolingüística y es un “criterio embarazoso de verificar y, además, el lingüista rechaza cualquier modelo sociolingüístico que se limite a los sistemas socio-económicos de que son originarios, es decir capitalistas, porque excluyen de antemano a otros modelos socio-económicos, especialmente el modelo socialista cubano. Quizás la posición más neutral con respecto a la

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