La Palabra: Un Arma Mortal

LA PALABRA: UN ARMA MORTAL

¿Por qué las palabras son tan peligrosas en el medio que vivimos?

La palabra desde tiempos antiguos ha sido un arma mortal, ya que mediante las palabras, los diálogos entre las personas del pueblo se formaban las revoluciones, los levantamientos, las protestas y que desembocaban en guerras o en destituciones.

La palabra tiene el poder de convencimiento, tienen una fuerza enorme, pueden sanar o herir a las personas de nuestro alrededor. Bien lo expresa Gould (1995) diciendo: “(…) Multitudes que no se interesaban en las arengas de los rabinos, eran atraídas por su enseñanza. Podían comprender sus palabras, y sus corazones eran consolados y alentados” (P. 89).

Las palabras que decimos es el reflejo de nuestro mundo interior. Como dice en la Biblia “(…) de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12: 34). Al igual que Vives (2006) quien argumenta: “No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras” (P. 23). Mediante la palabra conllevamos a la gente a realizar algún acto, como lo vemos en la política, en la que la palabra es muy importante, ya que con la misma se llega a la gente con promesas y discursos, con las cuales se ganan o se pierden votantes.

Mediante la palabra se puede evitar peleas, guerras y llegar acuerdos con solo realizar una charla o un dialogo, o bien dar inicio a todos estos problemas. Gould (1968) afirmo que: “La lengua es un pequeño miembro, pero las palabras que forma tienen gran poder (…) Ha hecho enfrentar nación contra nación y ha causado guerra y derramamiento de sangre. Las palabras han encendido fuegos que ha costado mucho extinguir” (P. 176). Las palabras son según como las usemos y las interpretemos, ya que en muchos casos son mal interpretadas o son dichas en doble sentido y son las que más causan daño o problemas.

Si queremos que nuestras palabras sean un reflejo de paz, sanidad y respeto debemos adentrarnos en la práctica de la verdad. Así nuestra palabra será veraz y de confianza. Lo que sucede hoy en día, es que, nos encerramos en un lenguaje negativo y poco confiable. Un lenguaje, que no refleja seguridad ni respeto. Mendoza (2010) menciona que “(…) La ausencia de la verdad, en el hablar, genera básicamente la falta de confianza entre las personas (…)”.

La palabra hablada o escrita, sirve para comunicar lo que queremos, expresar sentimientos, convencer, negociar, mandar, informar, legislar, comunicar, sin la palabra por ejemplo, no conoceríamos la historia al menos como la conocemos ahora, sin la palabra la transmisión del conocimiento se bloqueara fácilmente, sin la palabra, la comunicación entre las personas sería más difícil y estaría empobrecida.

Hablar correctamente, positivamente, claramente, sin dobles-sentidos o palabrotas es lo mejor, así nos daríamos a entender todo lo expresado. Con respecto al doble sentido tenemos

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