La Percepción Es Un Proceso Bipolar
Enviado por cocogarcia • 21 de Octubre de 2013 • Ensayo • 3.140 Palabras (13 Páginas) • 2.025 Visitas
Guía de apoyo
PERCEPCIÓN Y MEMORIA
Cursos: IIIº medios
Departamento: Lenguaje y Comunicación
Subsector: Psicología
Profesora: María del Carmen García
QUÉ ES LA PERCEPCIÓN
Percibir objetos en el mundo no es algo tan sencillo como parece, sino que es un proceso mental extremadamente complicado.
1. LA PERCEPCIÓN ES UN PROCESO BIPOLAR
Espontáneamente pensamos que al percibir algo —este libro, esta mesa, este ruido que llega de la calle— somos totalmente pasivos y receptivos. Pensamos, quizá, que las cosas emiten «copias’ suyas a través del espacio, que son recibidas por nuestros órganos sensoriales: así conocemos el mundo tal cual es. Nada más falso: las cosas no emiten «copias» y nosotros no somos pasivos receptores de las mismas. Decía William James: «Parte de lo que percibimos proviene, a través de los sentidos, del objeto que tenemos delante; otra parte procede siempre de nuestra propia mente”. Es decir, la percepción es un proceso bipolar que depende, en parte, de las características de los estímulos que activan los órganos de los sentidos y, por otra parte, de la actividad del sujeto perceptor. Y este último, además, utiliza «esquemas» — perceptivos y está determinado, al percibir, por su aprendizaje, sus experiencias, mo¬tivaciones, expectativas, aptitudes, personalidad, etc. Por ello mismo, no somos puros “espectadores” pasivos cuando percibimos: la percepción es un fenómeno activo en el que interviene toda la persona, aunque no nos demos cuenta de ello.
Las teorías de la percepción —como veremos más adelante— han dado mayor —~ 68 o menor importancia a cada uno de los dos polos —objetivo y subjetivo— de la percepción. La psicología cognitiva utiliza un «modelo» explicativo muy aclaratorio: la mente es como un ordenador. El que escribe envía una información en forma de impulsos eléctricos a través del teclado; el ordenador interpreta esa información y la procesa mediante el programa que está activado. Aunque la mente humana no sea exactamente un ordenador, todo parece suceder de la misma manera.
2. LA PERCEPCIÓN ES UN PROCESO DE INFORMACIÓN-ADAPTACIÓN
La percepción posee un papel esencial en nuestra existencia. Nos facilita infor¬mación sobre el mundo, posibilitando así nuestra adaptación al medio en que vivimos. Puede decirse, pues, que la percepción existe en función de la vida y la acción.
Cada animal percibe en su medio especialmente aquello que le permite sobrevivr, lo cual demuestra e! carácter adaptativo de la percepción. Si el hombre posee una riqueza perceptiva tan grande es porque es el más desvalido de todos los animales y necesita utilizar más medios que ningún otro.
Los fenómenos de constancia perceptiva revelan la función adaptativa de nuestras percepciones. En realidad, los estímulos que recibimos de las cosas varían continua¬mente: cambios de iluminación y color, disminución o aumento de los tamaños por las distancias, variación de las formas por la perspectiva, etc. Si lo que percibimos variase igualmente, sería muy difícil reconocer los objetos y, por tanto, sobrevivir. Cuando oscurece, los objetos mantienen su color para nosotros, aunque los estímulos que de ellos recibimos hayan variado notablemente; percibimos un reloj como redondo aun desde una perspectiva que lo hace aparecer ovalado; cuando alguien se aleja de nosotros, su tamaño disminuye mucho menos de lo que debería. Todo ello se debe al fenómeno de constancia perceptiva, que se basa en «mecanismos integrativos pro¬fundamente impresos en el sistema nervioso como legado de la evolución» (J. L. Pinillos).
3. LA PERCEPCIÓN ES UN PROCESO DE SELECCIÓN
La función adaptativa de la percepción explica su carácter selectivo: un animal percibe únicamente lo que interesa a su supervivencia. Tomados por separado, la mayoría de los animales poseen órganos receptivos más finos que el hombre (el murciélago oye lo que el hombre no puede oír; el perro —Flush, por ejemplo— tiene un olfato más desarrollado; el lince tiene, naturalmente!, vista de lince, etc.). Sin em¬bargo, el mundo del hombre es mucho más rico que el de cualquier animal particular: sólo el hombre tiene —en el sentido «fuerte” del término— “mundo”.
La atención es justamente un mecanismo de selección activa de la información recibida, y también un mecanismo de alerta. Su importancia se basa en el hecho de que la información que recibimos es normalmente excesiva y, en cambio, los recursos del individuo son limitados. Así, la atención permite dirigir los recursos mentales, con¬centrándolos en una sola tarea o repartiéndolos entre dos o más. Una tarea complicada requerirá la concentración de todos los recursos sobre ella sola. Por ejemplo, se puede ir paseando con un amigo y, al mismo tiempo, hablando; pero si se le pide que responda a una pregunta complicada, seguramente se parará. Y si el lector de esta página quiere entenderla bien, probablemente tendrá que apagar la radio.
Hacia los años cincuenta, Broadbent propuso el primer modelo de filtro de la atención, presuponiendo que la conciencia actúa como un “filtro” previo que impide que lleguen los mensajes no deseados y dejando pasar únicamente los deseados. El modelo fue más tarde modificado, introduciéndose un mecanismo previo de análisis de los mensajes. Pero, finalmente, el modelo fue abandonado por superfluo. No hace falta tal filtro: cuando un sujeto atiende a un mensaje, elabora un esquema anticipatorio que guía la entrada de información. Por ejemplo, cuando buscamos un bolígrafo en una mesa llena de objetos, lo encontramos casi inmediatamente: nuestro esquema de lo que es un bolígrafo permite una rápida selección de la información. Pero pudiera suceder que la expectativa dificultara la búsqueda y que no se vea lo que se tiene ante las propias narices; por ejemplo, cuando el esquema de búsqueda presupone que el bolígrafo “tendría que estar en esta esquina”, o cuando busco un bolígrafo de forma y color distinto del que realmente está allí.
Los factores que determinan la atención son muy numerosos:
• Algunos afectan a la información misma: un objeto llama más o menos la atención según sea la posición del estímulo respecto al observador (ver qué parte de la página de un periódico colocaría un anuncio para que se viera más?); igualmente respecto a la intensidad (absoluta y relativa), tamaño, color, luminosidad; movimiento y cambios; novedad, etc.
• Otros afectan al sujeto: fundamentalmente,
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