La Violencia Contra La Mujer

La violencia contra la mujer

La mayoría de los casos de violación de los derechos humanos de las mujeres permanece en la impunidad como resultado de la discriminación basada en el género. La violencia contra la mujer, medio que debiera estar ya desterrado en una sociedad civilizada, sigue actuando entre nosotros como si fuera el único medio, por medio del cual unos pocos hacen oír su voz, mientras que la mayoría, perjudicada, ha de seguir aguantando.

Colombia, reporta más de 2.000 casos de mujeres desplazadas de las cuales el 15.8% han sido víctimas de violencia sexual (Fuente: encuestas realizadas por la Defensoría del Pueblo en cuatro ciudades del país). 120.000 mujeres son violentados por su pareja ex cónyuge, compañero, esposo en Colombia.( AMBRONA Gil, Antonio “Historia de la Violencia contra las Mujeres” 2009)

Durante los meses de enero y febrero ocurrieron en Barranquilla 239 casos de violencia intrafamiliar por género de los cuales 179 se dieron contra las mujeres, que representan el 75%. (Fuente: SIAVAC - Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Regional Norte) [Plataforma Colombiana, 2009].

En el año 2010 las cifras (179 casos), muestran la ocurrencia de 3,03 casos diarios de violencia contra las mujeres, es decir cada 8 horas se registra un caso de maltrato contra las mujeres.

La violencia contra la Mujer no conoce distinciones de clase social, raza y cultura. Todos los días, dentro de su casa o en su comunidad, en el lugar donde deberían sentirse protegidas y contenidas, miles de mujeres son golpeadas o violadas. La violencia contra la mujer nos involucra a todos. Porque es un comportamiento aprendido que necesita del esfuerzo de todos para enseñar nuevos comportamientos sociales capaces de detenerla.

Terminar con la violencia contra la mujer no es una tarea simple, requiere del compromiso del Estado y de la sociedad en su conjunto para protegerla y castigar a quienes atentan contra ella. Es un error pensar que la viole

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ncia doméstica es un asunto privado en el que los otros no debemos intervenir.

Las mayores consecuencias para las víctimas de violencia sexual no son las físicas porque las marcas del cuerpo cicatrizan, las otras, las que no se ven dependen de todos nosotros. La violencia psicológica y el miedo permanente destruyen la autoestima de la mujer y le impiden defenderse de su agresor o buscar una salida. Porque estamos en el siglo XXI y la discriminación en todas sus formas debe ser parte de un pasado lejano al que no debemos regresar. La víctima de los delitos sexuales es una sobreviviente de un hecho delictivo en donde pudo perder su vida. La no denuncia del delito implica la impunidad de los autores y la posibilidad de nuevos hechos. Se debe vencer la vergüenza, la humillación y las amenazas

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