La filosofía de Platon
Enviado por angelicayebara • 5 de Mayo de 2013 • Tutorial • 9.350 Palabras (38 Páginas) • 344 Visitas
LA FILOSOFÍA DE PLATÓN
1. INTRODUCCIÓN.
Platón (427-348 a. C.) es el primer filósofo del que nos han llegado casi la totalidad de sus obras. Es uno de los pilares de toda la filosofía occidental (junto con su discípulo Aristóteles, que sería el otro) y uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos. Vivió para la filosofía y la enseñanza (fundó la Academia, importante escuela filosófica, que le sobrevivió varios siglos), pero sin abandonar en lo fundamental su vocación política y literaria. Intentó tres veces, sin éxito, llevar a la práctica su concepción de una polis o ciudad-estado perfecta, gobernada por uno o varios filósofos verdaderos y criticó la democracia y las estructuras políticas de su tiempo .
Platón, en su filosofía plantea diversos dualismos: el primero, ontológico, al distinguir entre dos mundos, el sensible y el inteligible o ideal (sólo este sería el verdadero, el auténticamente real); el segundo epistemológico o referido al conocimiento, pues sólo la inteligencia -y en ningún caso los sentidos- alcanza verdadero conocimiento de lo real; finalmente, se da también un dualismo antropológico, pues el ser humano está constituido de alma y cuerpo, pero sólo el alma es lo que de verdad somos . Su principal discípulo, Aristóteles, criticará este dualismo filosófico y propondrá, como veremos, otra concepción de las cosas.
Finalmente, decir que Platón estuvo influido por Sócrates (su maestro), Parménides y los Pitagóricos. Estas son las fuentes principales de su filosofía .
2. LA ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA: EL TEMA DEL ALMA.
Platón, influido por el orfismo de los Pitagóricos, pensaba que sólo el alma constituye nuestra verdadera identidad, nuestro ser verdadero, mientras que el cuerpo sería un obstáculo, un impedimento, una cárcel en suma para el alma (soma sema, el cuerpo es un sepulcro, decían los órficos) que tiene que intentar separarse del cuerpo y purificarse para volver a la vida feliz de la que disfrutara antes de su caída y unión con la materia. En efecto, el alma sería de origen divino y habría vivido en un mundo superior, conociendo la verdad, antes de precipitarse a este mundo inferior por una caída fruto del deseo y de las pasiones desenfrenadas.
El alma es, pues, inmortal y ha preexistido a su unión con el cuerpo. Esta unión es algo accidental y transitorio, por lo que el alma sobrevivirá tras la muerte, si bien puede sufrir nuevas transmigraciones o nuevas uniones con otros cuerpos. Todo depende de la vida que se haya vivido. Así se comprende que Platón diga que “el verdadero filósofo se prepara para morir”.
Para concluir este apartado mencionaremos algo importante para la ética y la política de Platón: la teoría de las tres almas, o mejor, de las tres “partes” (el alma es inmaterial y simple, no tiene partes) o facultades del alma: racional, impulsiva y pasional.
El alma o la facultad racional (tò logisticón) es la superior, la más valiosa y la única propiamente inmortal. Se trata de la inteligencia, de la capacidad de percibir la luz de la verdad y elevarse al conocimiento de las realidades superiores. Se suele situar en la cabeza y se corresponde con la virtud de la prudencia o sabiduría. Es propia de los filósofos o personas en las que predomina esta facultad.
El alma o la capacidad impulsiva (tò zimoeidés) designa la facultad del ímpetu, del coraje, el valor y la audacia, pero también de la cólera, la ira y la ambición. Podemos relacionarla con la fuerza de la voluntad y con la voluntad de mandar sobre otros y dominarlos. Situada en el pecho, es propia de los guerreros y su virtud correspondiente es la fortaleza o el valor de enfrentarse a peligros o dificultades en pos de un bien más alto o cuando así lo requiere la virtud.
El alma o la facultad pasional (tò epizymeticón) sería la inferior, la que tiene que ver con la búsqueda del placer y el rechazo instintivo al dolor. En ella predomina el deseo de los bienes materiales y de todo tipo de placeres, impidiendo la búsqueda de la verdad y la virtud. Situada en el vientre, Platón la hace corresponder con la gente corriente (artesanos y comerciantes en su ciudad ideal) y sencilla, para quienes la virtud más necesaria sería la templanza: el dominio de las pasiones y el sometimiento de lo inferior a lo superior.
3. LA TEORÍA DE LAS IDEAS: LA CONCEPCIÓN PLATÓNICA DE LO REAL .
Contenido.- 1. Introducción: el dualismo platónico referido al ser. 2. Qué son las Ideas y qué clases de Ideas hay. 3º El problema de la “separación” de las Formas o Ideas. 4º Relación de las Ideas entre sí y con las cosas de este mundo. 5º La doctrina de las Ideas en los principales Diálogos platónicos. La “Idea” del Bien. 6º Conclusión y breve referencia a la doctrina no escrita de Platón respecto a los principios metafísicos de lo real.
3. 1. Introducción.
Vamos a intentar esbozar aquí un resumen claro y lo más sencillo posible de los aspectos fundamentales de la teoría platónica del ser, de la realidad.
A propósito de las Ideas, como diremos, Platón no escribió todo lo que pensaba en sus obras o Diálogos. De todos modos, esta teoría constituye como el centro y eje que estructura y vertebra todo el pensamiento platónico.
Aparece claramente aquí el dualismo tan característico de Platón al distinguir nítidamente dos ámbitos o niveles de realidad bien distintos: a) por una parte lo auténticamente real, en griego “to ontos on” (el mundo inteligible o mundo de las Ideas) y b) el ámbito de lo semirreal o semiirreal (el mundo sensible, el mundo de nuestra experiencia, el mundo de los seres materiales). El primer mundo, el verdadero, es inmaterial, eterno, inmutable y no sometido al tiempo ni al espacio (características, por tanto de las Ideas mismas). El segundo, el mundo aparente o “manifestado”, es material, cambiante, imperfecto y limitado .
3. 2. Qué son y de qué tipo.
En primer lugar, hay que decir que la palabra “Idea” (eidos, idea, en griego) en Platón no significa lo mismo que para nosotros (“contenido o representación mental”, “concepto”). Las Ideas son las causas ejemplares, modelos o arquetipos eternos, de las cosas de este mundo. Son esencias universales que constituyen el verdadero ser de las cosas. Cada Idea es una pero, al mismo tiempo, es de naturaleza universal (engloba a muchos individuos; puede manifestarse de una infinidad de maneras distintas y semejantes a la vez). Por ejemplo, las distintas manifestaciones de la Belleza, las diferentes cosas bellas, son, como decimos, diferentes, pero todas son bellas, tienen en común su belleza: su distinta participación en la Belleza única. Platón
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