La historia del loco

La historia del loco

La historia del loco se enfoca en el personaje principal del libro llamado Francis Xavier Petrel, quien en su juventud fue recluido en un hospital psiquiátrico, ya que sufría de esquizofrenia.

El libro comienza con Francis contando la vida que llevaba después de estar recluido en el Hospital Estatal de Western, él vivía de una manera muy rutinaria, salía a pasear por la ciudad ya que estar en un solo lado le producía ansiedad, tomaba diario su medicamento para no volver a escuchar voces, él cuenta que sus voces no eran tan malas, no eran como las de algunos esquizofrénicos que le dicen a las personas que deben de matar a alguien o suicidarse o cosas así, simplemente él sentía que eran voces que le hacían compañía y le daban algunos consejos o algunas veces esas voces debatían entre ellas.

Un día Francis recibe una invitación para un seminario organizado por el hospital en el que estuvo recluido, en está invitación se mencionaba que el hospital iba a ser convertido en un museo y que estaban citando a expacientes para que mencionen como era el hospital y para que dieran su enfoque actual del tratamiento que seguían y la vida después de estar recluidos ahí. Francis asistió a esa especie de seminario, una vez en el hospital el empezó a recordar todo lo que vivió en su juventud, en el momento en el que él estaba divagando escuchó que alguien se dirigió a el como “pajarillo” (un apodo que él tenia cuando estaba en el hospital) entonces él volteo y era uno de sus amigos que conoció en el hospital llamado Napoleón.

Napoleón le dijo a Francis que daría una plática sobre el hospital, pero que sólo mencionaría las cosas buenas, ya que es lo que ellos querían escuchar pero que nunca mencionaría sobre los asesinatos ocurridos en el hospital, ya que él pensaba que el indicado para contar eso era Francis.

Francis se quedó pensando en la plática con Napoleón, y una vez que llegó a su casa miró una pared de una de sus habitaciones, se subió a un banco y empezó a escribir su historia con un lápiz.

La historia empieza contando la manera en la que él llegó al hospital, él fue llevado por unos policías, tenía una camisa de fuerza,  llegó llorando, con miedo y con ganas de regresar a su casa, al llegar al hospital un psicólogo le hizo varias preguntas para saber cual era su problema, el psicólogo le preguntó la razón del por qué había llegado ahí, Francis respondió que tuvo una discusión con su familia, la cuál empezó porque sus padres creyeron que Francis debía hacer algo con su vida, la discusión fue subiendo de tono, llegando al grado en el que Francis golpeo a su padre y agarró un cuchillo amenazando a su familia e incluso diciendo que se iba a suicidar, después de esto él lanzó el cuchillo y se encerró en su cuarto, su familia escuchaba como él tenía una discusión en voz alta consigo mismo, platicando con alguien en su cabeza, después policías y auxiliares tuvieron que romper la puerta para llevárselo al hospital pero Francis golpeo a un policía y forcejeo. Fue así como llego al hospital.

El primer día en el hospital Francis estuvo amarrado a una cama y le hicieron tomar medicamentos para que dejara de escuchar voces, al siguiente día los encargados de cuidar a los pacientes lo sacaron de ahí y lo llevaron a conocer el hospital, le quitaron la camisa de fuerza ya que se dieron cuenta de que no era un peligro, en la sala de espera conoció a un hombre que estaba esposado y tenía a dos policías cuidándolo, le preguntó su nombre a Francis a lo que el contestó “Francis Petrel” el hombre esposado le dijo que petrel era el nombre de un pájaro amarillo común en Cape Cod, así que el hombre esposado le puso el apodo de “pajarillo”. En la sala de espera a Francis le dieron una maleta que le mando su familia la cual contenía cosas de cuidado personal y algunas cobijas. Francis fue llevado a los dormitorios en este lugar conoció a un paciente el cual llamaban larguirucho, el pensó que Francis era el hijo del diablo y se acercó amenazándolo y antes de que le hiciera daño llegó el hombre de las esposas que conoció en la sala de espera, él lo defendió y convenció a “larguirucho” de que él no era el hijo del diablo, entonces el hombre de las esposas se presento como el “ Peter el Bombero” y le dijo a Francis que todos ahí dejaban de tener nombre y se les ponía un apodo, fue por eso que él le puso “pajarillo”, larguirucho se disculpó y se podría decir que se hicieron amigos, Peter el “Bombero” le confesó a Francis que él estaba recluido ahí porque el mataba personas. Francis recordó que al llegar el psiquiatra le dijo que no debía de hacer amigos, pero Francis piensa que él ya no hizo caso a ese consejo ya que conoció a esos dos pacientes y pensó que tal vez así no se le haría tan difícil la estancia en el hospital.

2da reseña:

En el hospital todos tenían apodos puestos por los mismos pacientes, incluso los trabajadores tenían uno (pero no lo sabían) Peter le dijo a Francis todos los apodos de los trabajadores. El señor Gulptilil era el psicólogo encargado de dar medicinas por lo cual el era conocido como “Tomapastillas”, los hermanos Moses que eran los auxiliares que cuidaban de los pacientes, eran conocidos como “negro grande” y “negro chico” por el aspecto físico de cada uno, el psicólogo Evans encargado de las sesiones psicológicas en grupo era conocido como “el señor del mal”. También había dos pacientes uno apodado Napoleón y otra apodada Cleo.

Francis poco tiempo después de haber estado recluido ahí conoció a una enfermera joven que estaba como practicante, ella era conocida como Rubita por su cabello corto y rubio y su piel muy blanca, era una persona con voz muy suave y que a veces le costaba controlar a los pacientes al momento de hacer la fila para entregar los medicamentos.

Un día en una sesión grupal en donde se acomodaban sillas plegables de metal en un círculo, el Dr. Evans, encargado de esta sesión, llevó un periódico para que pudieran platicar de la situación actual del mundo fuera del hospital Western. Las noticias eran todas sobre asesinatos, rehenes en Irán, hambruna y entro otras más malas, por lo que, a partir de esto, Larguirucho entró en una crisis, alborotando a todo el grupo diciendo que el mal estaba presente en todos lados y que entre todos debían evitar que el mal igual entrara al hospital, entonces el señor Evans dio por terminada la sesión. Durante la hora de la comida Larguirucho estaba muy nervioso haciendo ademanes y hablando solo, algunas veces juntaba las manos como si fuera a rezar y otras señalaba hacia arriba como culpando a alguien, frente a él se encontraba Rubita, que estaba ayudando a una paciente a alimentarse, entonces Larguirucho se le quedó viendo y la señalo gritando que ella era la culpa del mal y que por ella el mal también había entrado al hospital, esto llamó la atención en todo el comedor, entonces él se empezó a acercar a ella gritando y moviendo las manos diciendo cosas como que él iba a proteger a todos del mal, los auxiliares al darse cuenta de eso fueron corriendo hacia él pero estaban muy lejos y cuando Rubita se encontraba contra la pared deslizándose hacía el suelo por el miedo se escuchó la voz de Peter el bombero al fondo que gritaba “ella no es hija del mal”  entonces Larguirucho se calmó y llegaron los auxiliares y se lo llevaron.

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