La impersonalidad
Enviado por joseani • 10 de Noviembre de 2013 • Ensayo • 727 Palabras (3 Páginas) • 288 Visitas
La impersonalidad
Definimos la impersonalidad como la
inexistencia de sujeto en una determinada
estructura gramatical. ¡Ojito!, amiguitos y
amiguitas, que ya os veo venir. No vale
sólo que no aparezca el sujeto, cosa que
sucede muy frecuentemente en las
oraciones. Tiene que ser que no exista.
Veámoslo con ejemplos:
A.- Tengo frío; B.- Hace frío
En ninguna de las dos oraciones aparece el sujeto, pero se
diferencian en que en la oración A el sujeto no aparece, pero
sí existe (yo), mientras que en la oración B el sujeto ni
aparece ni existe. La oración B, la pobrecilla, es
IMPERSONAL.
Bien, pues una vez claro el punto de partida, vamos a
intentar hacer una clasificación de los casos más corrientes
de impersonalidad en español:
1.- La impersonalidad natural: se da en las construcciones
en las que utilizamos un tipo de verbos que algunos
gramáticos llaman “de naturaleza”, y que se refieren a
fenómenos atmosféricos o meteorológicos. Los usamos
habitualmente sólo en tercera persona del singular. Bueno,
los usa sobre todo el hombre del tiempo, el de la tele:
Todavía no ha amanecido
Llueve sobre el gris asfalto
Nieva en las escarpadas e inhóspitas montañas
1El blog de Don Gerundio
La cosa tiene su lógica porque, si lo piensas, ¿quién es el
sujeto responsable de tales acciones? No lo busquéis, que
no lo hay. Ahora bien, ¿qué sucede - diréis los más
espabilados - en casos como los siguientes?:
Cómo relampaguean mis ojitos
Me llueven las ofertas
Amanezco siempre abrazado a mi osito de peluche
“Relampaguear”, “llover” y “amanecer”, verbos todos ellos
también de los llamados “de naturaleza”, están aquí
empleados metafórica o figuradamente, y admiten, por tanto,
sujetos: “mis ojitos”, “las ofertas” y, en el último caso, “yo”.
Juguetón que es el lenguaje, ya sabéis.
2.- La impersonalidad gramatical: se da en
construcciones con verbos como “haber”, “hacer”, “ser” o
“bastar” que, en determinados usos se emplean sólo en
tercera persona del singular y sin sujeto.
Es muy temprano
Hoy es Halloween
Hace un frío que pela
En la calle había espíritus
Habrá que levantarse
Basta ya de tonterías
Aquí, como veis, tampoco hay sujeto que valga.
En muchos de estos casos, nos asalta la duda de si el
elemento que sigue al verbo es o no
...