La lingüística como una ventana a la mente humana

La lingüística como una ventana a la mente humana

Steven Pinker ofrece una fascinante introducción a cuestiones como cómo la sintaxis, la fonología, la semántica y la pragmática, todos nos ayudan a comprender cómo funciona el lenguaje. También brinda una lección sobre la naturaleza de las diversas reglas de la gramática y la producción de sonido, cómo se adquiere el lenguaje por primera vez, cómo se procesa y cómo se codifica en el cerebro, la diferencia entre el lenguaje y el pensamiento, la ambigüedad inherente a nuestro uso del lenguaje. Y las interesantes y divertidas consecuencias a las que puede conducir, y por qué es tan difícil para los ordenadores entender el lenguaje cuando nos parece tan fácil y automático.

Es importante destacar que Pinker también menciona la gran influencia que Noam Chomsky ha tenido en el campo, especialmente su hipótesis de una gramática universal innata y cableada como una explicación para la adquisición del lenguaje en los niños, la creatividad abierta inherente al lenguaje y la naturaleza de la sintaxis separada del contenido y el significado, todo lo cual puede proporcionar una ventana para comprender ciertos aspectos clave de la mente humana y la naturaleza humana de manera más general.

La relación entre el lenguaje y el pensamiento está lejos de ser establecida, por lo que es valiente utilizar el lenguaje como una ventana a la mente. Es cierto que hay muchos aspectos del pensamiento humano que probablemente son imposibles sin el lenguaje, ciertamente cuando se trata de cosas abstractas o ideas de cualquier complejidad (por ejemplo, física teórica, literatura o política).  Sin embargo, estos son muy diferentes a los bloques de construcción fundamentales de la cognición, la forma en que nuestra mente organiza la experiencia. Son precisamente estos conceptos fundamentales los que interesan a Pinker, y el lenguaje es sin duda una herramienta para acceder a ellos. Sin embargo, una ventana limita su vista y, lo que es más preocupante, puede distorsionar las cosas que ve.  

La dialéctica de la creatividad y la prueba de la realidad nos ha llevado mucho más allá de otros animales y puede llevarnos más lejos. El siguiente paso es deshacernos de nuestra metáfora más natural y equivocada – la educación como  medio para llenar las mentes vacías – y reconocer que aprendemos extrapolando, probando, modificando y recombinando modelos mentales del mundo.

Eso no significa que siempre usemos el lenguaje para transmitir la realidad. El lenguaje es un medio social con fines sociales. A veces, lo usamos no para comunicar hechos sobre el mundo, sino para filtrarlos. Eufemizamos los sobornos como “contribuciones” para preservar la dignidad de los legisladores. Expresamos los tratados de manera vaga porque si fueran claros, nadie los firmaría. Inventamos sutiles insinuaciones sexuales para evitar una confrontación si el otro chico resulta no ser gay. Nos quejamos del doble lenguaje pero confiamos en el doble sentido.

...