La obra “Edipo Rey”
Enviado por Meditalia • 30 de Noviembre de 2013 • Ensayo • 580 Palabras (3 Páginas) • 718 Visitas
En la obra “Edipo Rey”, es totalmente inevitable no impactarse, estremecerse y conmoverse con los 1530 versos escritos por Sófocles. En este drama, se enaltece el inminente poder del destino demostrando que, tarde o temprano por circunstancias del azar Edipo termina cumpliendo inocentemente la voluntad del oráculo. Convirtiéndose en parricida y en ser procreador de incesto. Esto es confirmado en la conversación en que el sabio anciano Tiresias le dice a Edipo: -“Y se pondrá de manifiesto que de sus propios hijos es él mismo hermano y padre y de mujer de la que nació, hijo y esposo, y de su padre, participe de la misma mujer y su asesino.”- (Sófocles, Siglo V, del Verso 457 al 460). Una muestra más que, contra el destino, no hay intervención de los dioses, y mucho menos evasión por parte de los hombres.
Es bastante sorprendente, la manera en que Sófocles hace que Edipo entre en constante ironía en el drama ya que, al enterarse que la maldición del pueblo era producto del asesinato del antiguo rey y que para sanearla debía encontrar al agresor. Éste, decide inmediatamente comenzar una investigación y asume el compromiso de encontrar al causante de tal infamia para hacerle pagar con todo el peso de la ley sin saber que se descubrirá a él mismo.
Más sin embargo, Edipo se dirige a Creonte: -“Desde el principio volviendo hasta atrás yo lo pondré en claro”- (Sófocles, Siglo V, Verso 36).
Se denota la ironía trágica en todo su esplendor, en la forma despectiva en la que Edipo se refiere al agresor y las consecuencias que él mismo va a sufrir, no sólo el destierro sino las humillaciones como hombre y ciudadano.
Edipo se dirige al pueblo: -“A este hombre prohibido, quienquiera que sea, que nadie de esta tierra, cuyos poderes y atribuciones regento, ni lo acoja dentro de su casa ni le dirija la palabra, ni en plegarias a los dioses ni en los sacrificios le haga partícipe, ni en la ablución ritual alguna se le admita, sino que lo arrojen todos de sus casas, como una mancha que éste es para nosotros tal como el oráculo del dios Pítico me lo ha puesto de manifiesto recientemente.”- (Sófocles, Siglo V, del Verso 235 al 242).
Me llama la atención la imagen que se muestra del protagonista de esta obra, un hombre convertido en héroe por vencer con inteligencia a la cantora y liberar a Tebas ciudad que, luego presidiría como recompensa de tal acto; un gobernante justo, preocupado por el bienestar de su ciudad, comprometido y entregado a las angustias de su pueblo, el modelo de un buen rey, todas estas facultades las demuestra con el afán que tiene por encontrar la verdad sobre la muerte de Layo, hacer justicia de tal hecho y así darle la paz y la tranquilidad a los ciudadanos; tal vez, por estas cualidades, por afecto o simplemente por respeto, el anciano vidente Tiresias y el sirviente único sobreviviente de la gente que acompañaba
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