La obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
Enviado por cristalm09 • 11 de Noviembre de 2015 • Resumen • 1.619 Palabras (7 Páginas) • 424 Visitas
Resumen de la obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha La obra El Quijote cuenta las aventuras de Alonso Quijana, un hombre de 50 años amante de las novelas de caballería. La obsesión por estos libros de caballería lo llevo a la decisión de convertirse en un caballero andante. Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las varias cosas: Un nombre para él mismo. Decidió ponerse como nombre Don Quijote de la Mancha, idea que sacó de Amadís de Gaula. Un nombre para su caballo: Al cual puso como nombre Rocinante, ya que él lo veía como un caballo grande y fuerte. Una mujer a la cual dedicarle todos sus triunfos y glorias: Dulcinea del Toboso. A medida que cabalgaba iba imaginándose que sería un caballero famoso y que aparecería en los libros de caballería por sus grandes hazañas. Comenzó a anochecer y Don Quijote se introdujo en una venta para pasar la noche. Allí encontró a dos mujeres a las cuales comenzó a elogiar y alabar, las dos mujeres comenzaron a reírse de su forma de hablar. Don Quijote comenzaba a enojarse, pero en ese momento apareció el ventero que le ofreció comida, un lugar para dejar el caballo y un buen lugar para dormir. Don Quijote le pidió al ventero que le nombrara caballero y fue nombrado a la vieja costumbre, dando dos toques con la espada en los hombros del caballero. Don Quijote se va de la venta y vuelve al pueblo a recoger dinero y a buscarse un escudero. Encontró a un pobre hombre llamado Sancho Panza al cual le ofreció varias islas si se iba con él de aventuras. El cura y el barbero le pidieron al ama de Don Quijote las llaves de la biblioteca de Don Quijote para quemar todos los libros de Don Quijote y en especial los de caballería, para llevar a cabo su plan decidieron quemarlos en el corral para que nadie se pudiese ofender o molestar. El cura, el barbero y la ama de Don Quijote decidieron poner un muro en la biblioteca de Don Quijote para que este no pudiera acceder a la biblioteca y así no se diese cuenta de que todos sus libros habían desaparecido. Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suelo acabando así el problema de los molinos, o gigantes como seguía afirmando Don Quijote. Al día siguiente cuando se disponían a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote confunde a dos monjes con dos encantadores que llevarían a una princesa cautiva. Acomete a los monjes, y después a un escudero de la dama. Ganada la sentencia, Sancho solicita a don Quijote el gobierno de la ínsula y que busquen amparo por si la Justicia les persigue. Prosiguen camino en busca donde pasar la noche: llegarán a las chozas de unos cabreros. Son acogidos por los cabreros, que les dan de cenar. Don Quijote elogia la vida de estas personas, en la que todo es paz, amistad y concordia. Pero en eso llega un cabrero y anuncia a todos la muerte de Grisóstomo, un estudiante que se hizo pastor por seguir a la bella Marcela. El cabrero anuncia que el entierro será a la mañana siguiente, y todos deciden ir a presenciarlo.
Se dirigen al lugar del entierro. En el camino se encuentran con unos pastores, y con un par de hombres a caballo. Uno de los hombres (Vivaldo) pregunta a don Quijote el motivo de ir armado y Vivaldo, viendo su falta de juicio y con ánimo de burlarse de él, le incita a que le hable de la caballería andante. Vivaldo lee la canción de Grisóstomo y en seguida aparece Marcela. Y, ante la recriminación de Ambrosio, ella se defiende aduciendo que no se le puede culpar de la muerte de Grisóstomo. Terminan de enterrar a Grisóstomo, y don Quijote decide ir en busca de Marcela para ofrecerle sus servicios. Llegan a un prado y allí paran a descansar y a comer; y Rocinante, atraído por unas jacas de unos arrieros,
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