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La zona de las mil puertas


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  1.476 Palabras (6 Páginas)  •  307 Visitas

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La zona de las mil puertas.

No esperabas verme porque apenas me descubriste ante el portón, te quedaste petrificada con la boca abierta como hace tantos años cuando aun eras esa mujer gigante que aminaba casi corriendo con el cinto en la mano persiguiéndome por toda la casa después de que un jarrón se cayó y yo te lo repetía llorando son que escucharas, hasta que no me alcanzaste.

Y todavía algunas ocasiones despierto con las mismas lagrimas en la almohada pues el rostro que fue suavizándose con cada azote se me metió tras los parpados y se convirtió en el miedo que retornaba por las noches para que mi llanto no tuviera orilla, y yo terminara huyendo al refugio que era tu cama acurrucándome en una esquina sin cerrar los ojos porque también te tenía miedo a ti, y rompiendo el silencio te pregunte por mi padre, y es que ya estaba hastiado y luego te deje ahí con la boca entreabierta rabioso de quien ellos tuvieran razón en que yo era hijo del diablo pues quizás si entonces me hubieras dicho lo que confesaste años después a lo mejor no te había no te habría quemado los vestidos ni estuvieras ahora aquí hablando mientras tu continuas sentada sin siquiera parpadear escuchando como fue que escapaba de la casa para no estar contigo; pero para pesar en ti porque yo no tuve a nadie más y huía para inventarme e recuerdo es que alguna vez me acariciaste y al regresar te buscaba como loco para contarte lo que pudo ser encontrado en tu lugar a esa hora que me decía “¡has esto!”, “¡no hagas esto!”,”¡silencio!”, y como era tan igualita a ti cerré la boca durante muchos días para que accediera a liberarte de donde te tenia recluida porque yo sé lo que es estar cautivo viviendo entre puertas cerradas pero nunca te soltó ni a mí tampoco. Pues primero fue el prohibirme ver a mis amigos y salir de la casa y luego me impidió retornar a la escuela enclaustrándose conmigo tras las cuatro paredes teje que teje mientras yo leía libros que tanto apreciaba y que habría seguido leyendo . Si no hubiera descubierto que en realidad tu no existías pues siempre fuiste esa mujer que gritaba y que nunca me acaricio sino hasta años después cuando ya me dormía contigo porque me confesaste cierta ocasión que te daba miedo acostarte sola y creía que a lo mejor era un fantasma parecido a mí el que te asusto.

Y me despabile una noche cuando estabas jadeando muy cerca para sentir como tu mano comenzaba a deslizarse bajo las cobijas acariciando mi pecho y mi vientre pero no abrí los ojos pues yo era tan feliz y pensaba que eso era un sueño no quería despertarme nunca y quizás suspire y no sé porque de pronto me jalaste de los cabellos arrastrándome escaleras abajo mientras yo parpadeaba tratando de escapar de la pesadilla, y permanecí tres días encerrado en el sótano con un hombre que jamás he vuelto a sentir porque en el instituto también castigaban, no recuerdo que le quitaran la comida a nadie pues siempre fuimos muchos los que vivimos allá y algunos solo sabían abrazarse a la almohada y llorar o se quedaban quietos igual que muertos antes que llegaran las batas blancas a llevárselos y a traer otros nuevos como me trajeron a mí para

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