Las Batallas En El Desierto
Enviado por alanshark • 19 de Marzo de 2013 • 402 Palabras (2 Páginas) • 361 Visitas
Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquél?; Ya había
supermercados pero no televisión, radio tan sólo: Las aventuras de
Carlos Lacroix, Tarzán, El Llanero Solitario, La Legión de los
Madrugadores, Los Niños Catedráticos, Leyendas de las calles de
México, Panseco, El Doctor I.Q., La Doctora Corazón desde su Clínica
de Almas. Paco Malgesto narraba las corridas de toros, Carlos Albert
era el cronista de futbol, el Mago Septién trasmitía el beisbol.
Circulaban los primeros coches producidos después de la guerra: Packard, Cadillac, Buick, Chrysler, Mercury, Hudson, Pontiac, Dodge,
Plymouth, De Soto. Íbamos a ver películas de Errol Flynn y Tyrone
Power, a matinés con una de episodios completa: La invasión de
Mongo era mi predilecta. Estaban de moda Sin ti, La rondalla, La
burrita, La múcura, Amorcito Corazón. Volvía a sonar en todas partes
un antiguo bolero puertorriqueño: Por alto esté el cielo en el mundo,
por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el
mundo que mi amor profundo no rompa por ti.
Fue el año de la poliomielitis: escuelas llenas de niños con
aparatos ortopédicos; de la fiebre aftosa: en todo el país fusilaban
por decenas de miles reses enfermas; de las inundaciones: el centro
de la ciudad se convertía otra vez en laguna, la gente iba por las
calles en lancha. Dicen que con la próxima tormenta estallará el
Canal del Desagüe y anegará la capital. Qué importa, contestaba mi
hermano, si bajo el régimen de Miguel Alemán ya vivimos hundidos
en la mierda.
La cara del Señorpresidente en dondequiera: dibujos inmensos,
retratos idealizados, fotos ubicuas, alegorías del progreso con Miguel
Alemán como Dios Padre, caricaturas laudatorias, monumentos.
Adulación pública, insaciable maledicencia privada. Escribíamos mil
veces en el cuaderno de castigos: Debo ser obediente, debo ser
obediente, debo ser obediente con mis padres y con mis maestros.
Nos enseñaban historia patria, lengua nacional, geografía del DF: los
ríos (aún quedaban ríos), las montañas (se veían las montañas). Era
el mundo antiguo. Los mayores se quejaban de la inflación, los
cambios, el tránsito, la inmoralidad, el ruido, la delincuencia, el
exceso de gente, la mendicidad, los extranjeros, la corrupción, el
enriquecimiento sin límite de unos cuantos y la miseria de casi todos.
Decían los periódicos: El mundo atraviesa por un momento
angustioso. El espectro de la guerra final se proyecta en el horizonte.
El símbolo sombrío de nuestro tiempo es el hongo atómico. Sin embargo había esperanza.
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