Las Estrellas Envidiosas

En el cielo había seis estrellas. Tenían su creador que era bueno y hablaba con ellas todos los días. Un día hubo un baile de estrellas, donde el creador iba a premiar a la preferida. Esa noche solo cinco estrellas se presentaron al baile. El creador, preocupado por la sexta estrella fue en busca de ella. La encontró en el río donde las estrellas van cuando les falta brillo. La sexta estrella se veía triste tratando de brillarse y el creador le preguntó: “¿Qué sucede, porque no estás en el baile?” Ella contestó: “No soy demasiado brillante como mis hermanas, además ni se preocupan por mí”. Él la levantó y dijo: “No te preocupes, vamos al baile, donde todos están. Tengo una sorpresa para ti.” Todos estaban en el baile y el creador le dijo a la sexta estrella delante todos que ella era especial, que si no brillaba como las demás en la noche era porque ella tenía el privilegio de brillar en el día, calentar y brindarle su luz potente al mundo. El creador escogió a la sexta estrella y las demás, disgustadas comenzaron a hablar de la sexta estrella a criticarla y hacerle ver sus defectos. La sexta estrella huyó por la envidia de sus hermanas. El creador enojado con ellas las obligó a multiplicarse para que fuesen incontables y permanecer brillantes todas las noches, así ninguna iba a tener más atención que la otra. Desde entonces todas las noches la estrellas envidiosas cumplen con la sentencia que les impuso su creador y la sexta estrella brilla todos los días desde la mañana hasta la tarde. Aún se desconoce donde vive en las noches, ni el propio creador sabe a dónde va.

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