Levantémos el pulmón

LEVANTÉMOS EL PULMÓN.

Compañeros, en progreso estudiantil nacimos, como iniciativa de un grupo de estudiantes que decidimos asar de la decepción y la crítica pesimista, a la acción.

Quisimos demostrar que algo que sentíamos como convicción interna, podía ser transformado en una realidad externa. Quisimos demostrar que era posible hacer la política no es sólo interés vacío o uso desechable de los estudiantes como votos. Quisimos demostrar que sí es posible hacer política desde las convicciones, y hacer de la acción un reflejo nítido de la palabra y el discurso.

Nos dimos el lujo de ser críticos con nuestro entorno. Nacimos denunciando que las cosas no podían seguir siendo así. Pero también nacimos anunciando que las cosas podrían ser de otra manera.

Tuvimos, pero hoy conservamos, resistencias a creer que el partidismo omnipotente eran parte esencial de la realidad de nuestra escuela. Denunciamos el estado de nuestra escuela: baños sucios y tardíos en su apertura cada mañana, falta de material de aseo en éstos. Denunciamos las quejas que el grupo en general teníamos sobre los profesores. Todo esto y más frente al espectáculo de representantes estudiantiles jugando ping pon en el patio azul.

Nada se hacía, y nada parecía querer hacerse. Entonces, era tiempo de abandonar el pesimismo. De decirle a los estudiantes que ni siquiera un presente tan adverso podía negarnos la oportunidad de pensar en un mejor futuro. Es entonces que les digo: Sigamos denunciando los malestares de nuestra escuela y formemos una institución digna, que de verdad las futuras generaciones no tengan que pensar; “Denunciaron todo, y aún están aquí”.

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