Leyenda parroquia San Francisco de Asís
Enviado por marlusita85 • 27 de Febrero de 2015 • Síntesis • 1.070 Palabras (5 Páginas) • 549 Visitas
Leyenda parroquia San Francisco de Asís
Arquitectónicos
Templo de San Francisco de Asís, de 1950; la capilla San José, de 1927; el ingenio "La Primavera" y viejas casas de tipo colonial.
Templo de San Francisco de Asís
Fue construido en el siglo XX con un estilo neoclásico. Destacan su curioso pórtico con arcos de medio punto que crea una especie de balcón para la ventana del coro y las torres que enmarcan la fachada, con sus tres
Cuerpos con arcos de medio punto.
Históricos
Plazuela de Navolato
Plazuela de Navolato, 27 de agosto de 1982. El origen de la palabra Navolato proviene del náhuatl "Navo" (tunas o nopales), según Heberto Sinagawa, historiador oficial del estado de Sinaloa; indica que el nombre correcto es "cerco de nopales".
Esta tesis no es unánime.
Navolato formaba parte territorial del municipio de Culiacán hasta que en 1982 se erigió como municipio libre por mandato del gobernador Antonio Toledo Corro.
La actividad principal es la agricultura, siendo sus productos principales la caña de azúcar, el maíz y las hortalizas. Según cálculos para el año 2008 se conurbará con la ciudad de Culiacán.
Teotihuacán
"LA LEYENDA DEL SOL Y LA LUNA"
Inicio:
Fue también el padre Sahagún quien recogió de boca de los aztecas que él conoció la leyenda que habla sobre la creación del Sol y la Luna, los dioses a quienes están dedicadas las dos magníficas pirámides. Dice así:
Desarrollo:
Antes de que hubiese día, se reunieron los dioses en Teotihuacán y dijeron, ¿Quién alumbrará el mundo? Un dios rico (Tecuzitecatl), dijo yo tomo el cargo de alumbrar el mundo. ¿Quién será el otro?, y como nadie respondiera, se lo ordenaron a otro dios que era pobre y buboso (Nanahuatzin). Después del nombramiento, los dos comenzaron a hacer penitencia y a elevar oraciones. El dios rico ofreció plumas valiosas de un ave que llamaban quetzal, pelotas de oro, piedras preciosas, coral e incienso de copal. El buboso (que se llamaba Nanauatzin), ofrecía cañas verdes, bolas de heno, espinas de maguey cubiertas con su sangre, y en lugar de copal, ofrecía las postillas de sus bubas. A la media noche se terminó la penitencia y comenzaron los oficios. Los dioses regalaron al dios rico un hermoso plumaje y una chaqueta de lienzo y al dios pobre, una estola de papel. Después encendieron fuego y ordenaron al dios rico que se metiera dentro. Pero tuvo miedo y se echó para atrás. Lo intentó de nuevo y volvió para atrás, así hasta cuatro veces. Entonces le tocó el turno a Nanauatzin que cerró los ojos y se metió en el fuego y ardió. Cuando el rico lo vio, le imitó. A continuación entró un águila, que también se quemó (por eso el águila tiene las plumas hoscas, color moreno muy oscuro o negrestinas, color negruzco); después entró un tigre que se chamuscó y quedó manchado de blanco y negro. Los dioses se sentaron entonces a esperar de qué parte saldría Nanauatzin; miraron hacia Oriente y vieron salir el Sol muy colorado; no le podían mirar y echaba rayos por todas partes. Volvieron a mirar hacia Oriente y vieron salir la Luna. Al principio los dos dioses resplandecían por igual, pero uno de los presentes arrojó un conejo
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