Literatura, resistencia y anonimato las voces de Clarinda y Amarilis

Literatura, resistencia y anonimato las voces de Clarinda y Amarilis

Desde que se inició la tradición historiográfica de diferentes lugares y diferentes culturas, el papel de la mujer dentro del desarrollo histórico del mundo se ha visto relegado tanto que al leer sobre nuestro pasado se llega a crear una falsa idea de que las mujeres no existieron hasta los siglos XIX o XX. Sin embargo ver la historia y el desarrollo de esta desde el punto de vista femenino es sin duda muy importante y enriquecedor, así lo menciona Carmen Ramos Escandón:

Mirar la historia desde el punto de vista de las mujeres es ver a la disciplina histórica con otros ojos, con una visión diferente que altere la percepción tradicional, con un enfoque que, rescatando la presencia femenina en los procesos históricos de largo alcance, reevalúe su importancia, reinterprete la historia […], así como los mitos y los imaginarios colectivos. En la medida en que los estudios de historia de la mujer arrojen información sobre la presencia de las mujeres en la historia, se modificarán las interpretaciones sobre la significación de los procesos históricos y, sobre todo, de la participación de las mujeres. (Ramos, 34)

Una época difícil para el reconocimiento femenino en la historia fue la posterior a la conquista española. Fue en este mismo periodo que dos voces poetas femeninas aparecieron; se trata de Amarilis con La Epístola de Amarilis a Belardo (1620) y de Clarinda con su Discurso en loor de la poesía (1608). A través de sus poemas se pueden observar las pequeñas pistas que ambas mujeres daban sobre lo que vivían y presenciaban en su día a día. Uno de estos aspectos es el anonimato que ambas manejan en sus obras. Por ejemplo en los versos 37 y 145 de La Epístola de Amarilis a Belardo,  Amarilis menciona un sur que las esconde y la baña refiriéndose a que hay gente que sabe quién es y que hace y sin embargo esta misma gente no delatará su identidad ante España: “Al fin es éste donde el Sur me esconde” (v. 37), “En este imperio oculto que el sur baña” (v. 145). También Clarinda en Discurso en loor de la poesía  hace una insinuación al lugar de donde proviene: “Aquí, Ninfas del Sur, venid ligeras” (v. 22),  “las ciencias y artes que hay acá en la tierra” (v. 103) ambas versos hacen referencia a Lima capital importante en la producción artística y cultural de la época. Aunque en el texto de Clarinda sí se menciona el lugar de procedencia de la autora, este no es un dato completamente claro pues ya que en ningún momento se menciona algo que pueda revelar la identidad de Clarinda más que ella fue una criolla que vivió en Perú como muchas y muchos otros en su época. Otro aspecto distinto al anonimato, que permitió que las voces de ambas autoras fueran distribuidas y escuchadas fue la utilización de la poesía; pues con la ayuda del estilo y recursos utilizados dentro del género les permitió escribir lo que sentían, lo que vivían e incluso hacer denuncias y críticas hacia España. El recurso de la poesía como medio de denuncia y resistencia es constantemente utilizado; la relación entre poesía y resistencia es explicada por Yolanda Muñoz González de la siguiente manera:

A lo largo del tiempo varios hombres y mujeres han elegido la poesía como expresión de resistencia contra la dominación […] Se trata de una poesía que retoma las fórmulas estilísticas para cantar a la belleza quieta, transformándolas en un campo de batalla contra la opresión, el despojo y la discriminación. Pero ¿qué cosa es la poesía? […] sugiere Derrida, es un aprendizaje por medio del corazón (apprendre par coeur), pensando en el corazón como esa emoción que, sin embargo, se resiste a ser transformada en letra. (Muñoz, 249)

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