Los Hijos De La Malinche_LizetteSalma

Después de una amena lectura al capítulo titulado “Los hijos de la Malinche” del libro “El laberinto de la soledad” del señor Octavio Paz me atrevo a decir que pese a lo controversial del tema tratado, Paz lo maneja de forma ética e incluso estética, proporcionando al lector los orígenes del vocablo “chingar”, sus denotaciones y connotaciones, el uso que los diversos grupos sociales le han dado, lo que representa en primera instancia, sus raíces. La extraña y peculiar forma de ser del mexicano impacta en las sociedades, no es difícil entender de donde proviene, pues se ha engendrado en un mundo hostil y devastador desde los inicios de la conquista, esto ha permitido que se forje una identidad propia, identidad que va caracterizada de sumisión, hermetismo, traición y frustración. Es notable que el mexicano actual no sienta la cohesión de su pasado prehispánico, pero es también un hecho que rechaza la adopción de la cultura española, en pocas palabras odia ser indio y a la vez odia ser español. Esta nueva generación de mexicanos es en muchos casos vestigios de realidades pasadas, pues aunque se niegue es evidente, que los hechos históricos han sido relevantes para la concepción de este nuevo ser, lleno de complejos e inferioridad frente a otras naciones.

La historia nos muestra cómo se define la ruptura y la negación de la antigua cultura y su búsqueda por trascender, para lo cual un claro ejemplo en las consciencias mexicanas fue la “Malinche”, personaje caracterizado por traición nacional, que se sometió a la autoridad de los españoles. EL adjetivo “malinchista” hace alusión a todas las personas contagiadas con deseos extranjeristas, que son los responsables de que México se abra al exterior, ya que siendo un país hermético dadas las circunstancias dolorosas por las que hemos pasado a lo largo de la historia, tendemos a cerrarnos al exterior.

La identidad tan peculiar de los mexicanos nos ha permitido tener un lenguaje secreto y prohibido, que solo es posible pronunciar cuando no somos nosotros mismos, cuando afloran nuestros más profundos deseos o frustraciones. Este lenguaje se ha hecho verbo para dar a conocer el verdadero carácter mexicano y es tan ambiguo como la propia identidad mexicana.

Igualmente expone el trasfondo de dicha palabra, lo que ésta provoca, lo que genera, lo que insinúa, dando así a conocer una cantidad notable de variantes en el significado de la misma y cómo es que el contexto cambia dependiendo de factores tan simples como el lugar de origen de quien la emplea, la edad, cultura, estado de ánimo. Es la falta de cultura, la causante de un lenguaje pobre, de un español actual miserable, predominante sobretodo en la juventud, misma que en gran parte de sus conversaciones empleamos términos como “wey” o “hijo de la chingada”, “chingón”, “chingonería”, por mencionar sólo algunos y esto sin mostrar el menor respeto

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