Los Tres Cochinitos
Enviado por habia • 9 de Febrero de 2014 • 428 Palabras (2 Páginas) • 279 Visitas
Los tres cochinitos y el lobo feroz
Personajes:
Narrador: Mauricio
Cochinito 1: Angel
Cochinito 2: Kevin
Cochinito 3: Kevin
Lobo: Cristopher
Guion:
Narrador: Había una vez tres cerditos que eran hermanos y vivían en el corazón del bosque. El lobo siempre andaba persiguiéndolos para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. A todos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
Cochinito 1: La mía será de paja, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
Cochinito 2: Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores (explicó a sus hermanos), construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
Cochinito 3: Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Narrador: Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema.
Cochinitos: ¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!
Lobo: (surge de detrás de un árbol grande el lobo, rugiendo de hambre y gritando) Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se esconde en su casa, el lobo se encamina a la casita de paja del hermano pequeño y grita:
Lobo: ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! (sopla con todas sus fuerzas).
Narrador: El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
Cerditos: ¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!, (dicen los cerditos).
Lobo: (el Lobo, más enfurecido, se coloca delante de la puerta y comenzó a soplar gruñendo) ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Cerditos: ¡No nos comerá el Lobo Feroz! (Cantaban los cerditos)
Lobo: ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré!
Narrador: Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo y escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer ningún cerdito.
Los cerditos no lo volvieron a ver.
Cochinito 3: (El mayor de ellos los regañó).
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