Los días de Nicolás entre el trabajo y el estudio

Los días de Nicolás trascurrían entre el trabajo y el estudio, sin mucho tiempo libre para dedicar a diversas actividades ejercitaba en un gimnasio cercano a su casa, procuraba descansar cuando era posible y disfrutaba de ocasionales encuentros con sus amigos, como cualquier muchacho de su edad les jugaba bromas y trataba de evitar las suyas, se entretenía discutiendo acerca de diversos temas de actualidad y aunque no gustaba de temas trascendentales procuraba estar enterado de las noticias del día, así fuera a través de los titulares. Ese domingo compartíamos en familia cuando mi esposa recibió una llamada de su hermano que vive en otra ciudad, hacía poco le habían informado que Nicolás había tenido un accidente en su motocicleta, la persona que llamó dio un número de celular de un Policía que había atendido el caso y aunque no se tenía mucha información no se pensó que fuera algo grave, sin embargo tras varias llamadas sin respuesta Manuel su Papá, pensó que lo mejor era dirigirse al lugar del accidente, se creía que con el afán de la emergencia el muchacho apenas hubiera mencionado el nombre de su familiar sin recordar que precisamente se encontraba en un lugar diferente, cuando Manuel llegó al lugar no encontró señal de ningún accidente, todo era tranquilo y el tráfico fluía con normalidad, por ser festivo no fue posible averiguar con alguien en el lugar lo que pudiera haber sucedido, el comercio estaba cerrado y ni siquiera el vendedor habitual de dulces y cigarrillos atendía su esquina en ese momento, por fortuna un agente de tránsito cruzaba por el lugar y Manuel extendió una mano para llamar su atención, al explicar el caso el agente hizo un llamado por su radio buscando información en la central de emergencias ya que por no ser este su cuadrante desconocía que pudiera haber pasado. Entre tanto, Carolina hermana de Nicolás ya se encontraba en nuestra casa y esperaba con sus primos mientras intentaba comunicación al celular de su hermano pero él no respondía, probablemente en medio de la emergencia no hubiera recibido su teléfono de vuelta, tampoco el Policía del que tenían el número atendía su llamada. En esta ciudad tener moto es considerado por muchos como una sentencia anticipada de que algo malo va a suceder, cuando no se presentan incidentes por culpa de los mismos conductores de este tipo de vehículos, se pueden tener roces leves o lo que es peor

accidentes de consideración causados por cualquiera de los demás usuarios de la vía como autos particulares, taxis o transporte público, incluso con los mismos peatones se puede correr riesgo, siempre he pensado que la culpa es del conductor y no del vehículo. Probablemente por ser domingo Nicolás aprovechando la soledad de alguna de las vías y probando un poco su máquina hubiera excedido el límite permitido y la presencia de algún obstáculo ocasionara la pérdida de control y por supuesto el accidente. Cuando mi cuñado se comunicó de nuevo el caos se apoderó de todos en el lugar, los gritos de mi esposa terminaron por sacarnos de la tranquilidad del día, la trágica noticia que nadie había imaginado era real, Nicolás había fallecido. Manuel se comunicó casi que en segundos y confirmó la noticia, el agente de tránsito le dijo que el accidente ocurrió en la madrugada y en la caída el conductor de la motocicleta había muerto de manera instantánea, no restaba más por hacer que acercarse a las instalaciones de Medicina Legal y reclamar el

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