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Luvina análisis espacial Introducción


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  1.423 Palabras (6 Páginas)  •  239 Visitas

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El espacio y el tiempo en Luvina

Para poder entender y estudiar la estructura de un texto narrativo, es necesario descomponerlo en cada una de sus partes más particulares. Éste análisis se enfocará en identificar la estructura espacial y la configuración temporal del cuento Luvina, de Juan Rulfo.

En el cuento distinguimos dos tipos de narradores, uno heterodiegético y uno homodiegético. El homodiegético, es en este caso el mismo personaje, pero desde diferentes perspectivas temporales, es decir, cada uno describe diversos espacios, pero además, enuncian tiempos distantes entre sí. El heterodiegético tiene escasa participación dentro de la narración, y solo participa como narrador objetivo u observador, puesto que se asemeja a una cámara de cine, registrando sólo los aspectos externos de los acontecimientos.

Primeramente localizaremos la dimensión espacial. En esta narración, son dos espacios en los que transcurren los hechos, el primero que se nos manifiesta, y más importante, es el cerro de Luvina, y el otro una cantina (que es la descripción más acertada que podemos dar, ya que faltan elementos, pero también podría tratarse de un mesón).

El espacio en donde todo sucede, es dentro de lo que pudiéramos llamar una cantina – o quizás un mesón – en la que el personaje que narra la historia y describe a luvina con sus recuerdos, se toma unos tragos junto a otro personaje, que se dirige a dicho lugar.

Aquí es donde interviene el narrador heterodiegético, que cumple la función de construir el espacio de la cantina. La describe de la siguiente forma: “Hasta ellos llegaba el sonido del río pasando sus crecidas aguas por las ramas de los camichines; el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de los niños jugando en el pequeño espacio iluminado por la luz que salía de la tienda”.

Si bien, no describe precisamente el interior del lugar, de hecho ni siquiera lo describe directamente como un espacio, pero mediante la descripción de las acciones del personaje nos da a entender que ellos están dentro de un lugar: una tienda; y que este lugar posee las características necesarias para ser considerado como una cantina: “Los comejenes entraban y rebotaban contra la lámpara de petróleo, cayendo al suelo con las alas chamuscadas. Y afuera seguía avanzando la noche[…] ¡Oye, Camilo, mándanos otras dos cervezas más! […] Los gritos de los niños se acercaron hasta meterse dentro de la tienda. Eso hizo que el hombre se levantara, fuera hacia la puerta… […] Luego, dirigiéndose otra vez a la mesa, se sentó…”. Estos elementos descriptivos son suficientes para que el lector entienda, y contribuyen a que dibuje o perciba en su mente un espacio definido.

El segundo espacio es Luvina. El cuento inicia con la descripción del camino que lleva Luvina, con lo que va dibujando desde una perspectiva lejana, el espacio en el que se desarrolla la historia: “De los cerros altos del sur, el de Luvina es el más alto y el más pedregoso. Está plagado de esa piedra gris con la que hacen la cal, pero en Luvina no hacen cal con ella ni le sacan ningún provecho. Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia Luvina la nombran cuesta de la Piedra Cruda”. El espacio continúa con su descripción, y a través de las condiciones climatológicas, el autor nos plasma una atmósfera triste: “el aire y el sol se han encargado de desmenuzarla, de modo que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuviera rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir, porque en Luvina los días son tan fríos como las noches y el rocío se cuaja en el cielo antes que llegue a caer sobre la tierra”. La forma del espacio que precede a luvina, pero que ayuda a predecir las condiciones sombrías y austeras que hay ahí, se refuerza con el fragmento que dice “…Y la tierra es empinada. Se desgaja por todos lados en barrancas hondas, de un fondo que se pierde de tan lejano”.

Enseguida, nos describe el cielo característico del lugar, que también forma parte del espacio, y su aspecto continúa reforzando ese espectro de desolación presente en Luvina: “Nunca verá usted un cielo azul en Luvina. Allí todo el horizonte está desteñido; nublado siempre por una mancha caliginosa que no se borra nunca”; y prosigue con el panorama diciendo “Todo el lomerío es pelón, sin un árbol, sin una cosa verde para descanzar los ojos; todo envuelto en el calín ceniciento”. Todas estas descripciones nos ubican en un panorama general, sin embargo, es hasta el momento en el que el narrador enuncia que esta descripción pertenece no solo a Luvina, sino al resto de los cerros que podemos dar cuenta de que todavía no empieza la descripción del pueblo, sino que es una descripción general del panorama que lo rodea. La primer descripción directa que hace referencia al pueblo es cuando cuenta que Luvina es el cerro más alto, y que se ve coronado con un blanco caserío semejante a una corona de muerto.

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