Manuel Gutiérrez Nájera
Enviado por AlejandraRC • 27 de Abril de 2015 • 505 Palabras (3 Páginas) • 694 Visitas
(México, 1859-1895). Gutiérrez Nájera dedicó casi la totalidad de su vida al periodismo. Bajo distintos seudónimos, como El Duque Job, fue dando a conocer, en publicaciones de su país una obra de prosa abundantísima y de gran importancia para el modernismo. Autor de numerosos cuentos y relatos que muestran el inicio de la narrativa modernista para la prensa escribió incontables crónicas de temas variados a las que infundió un ajustado estilo ligero y ameno, a veces voluntariamente superficial pero de gran personalidad expresiva. Cultivó también la crítica literaria y teatral pero dejó poco lugar para la actividad poética que a pesar de ser escasa ejerció gran influencia en la renovación lírica de sus años.
Fundó en 1894,junto a Carlos Díaz Dufóo, la Revista Azul que llegó a ser órgano primero y central del modernismo en aquel país.
De temperamento religioso y sensibilidad en esencia romántica, a su poética se la siente acercarse a esa concepción romántico-simbolista de la poesía que nutre lo mejor de la gestión modernista, especialmente en el primer tramo de su órbita. Y ello tanto por su rechazo al realismo y positivismo y el subsecuente sentido idealista que procesara, como por su defensa de la utilidad de la belleza en sí, liberada de la moral y la preocupación humanista y social. Se sentía heredero de la idea del arte por el arte, que en Francia propagara Théophile Gautier, a quien tanto admiró. Tanto sus lecturas francesas, de Musset, entre otros, como las del italiano Leopardi, ayudan a comprender la doble vertiente, romántica y parnasista, por las que discurre su palabra poética.
Nájera supo ver la causa primera y fundamental, el aislamiento, que obraba en la decadencia de la poesía española de entonces.
Y comprendió así como era de necesario "el cruzamiento en literatura" (título de un ensayo suyo de 1894) por lo que, en consecuencia, propugno la apertura cultural y literaria que caracteriza el modernismo. Defendió, muy alejado de su imagen de afrancesado total, lo permanente y válido de la tradición literaria española a la que, como mexicano, prolongaba (aunque, animado de una oportuna intención paródica, incrustara giros y palabras galicistas en algunas de sus composiciones).
De su romanticismo esencial, que parece aproximarse al simbolismo, nacen los sentimientos centrales que recorren su poesía, y los temas que aquellos conforman: la tristeza y la resignación ("Mis enlutadas"); la invitación al placer y a la vida, pero invitación casi angustiada por la premiosidad que de sobre ella impone el sentimiento del tiempo ("A un triste"); esta misma conciencia dolorosa pero igualmente resignada de la temporalidad("Para entonces", "Última Necat"); la búsqueda del sentido oculto de la realidad, que unas veces deviene mensaje pesimista("Ondas muertas"),
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