Maria De La Noche

Los Peor de San JoséPor Efraín VillacísNo sé si hay algo peor que apellidarse Peor y ser el protagonista de una historia acerca del bajo mundo y la pobreza de una ciudad mesócrata como San José de Costa Rica. La mayoría de autores “ticos” la han tratado desde cierto nivel aséptico, como manteniendo una representación diferente y más agradable en relación a las grandes ciudades vecinas, y de Suramérica, con obras de imposición no realista, fantásticas y que caen en lo pesadillesco, siempre buscando el tono, la voz. Literatura a salto de mata o de autor, que es igual.La realidad sanjosefina brota a diestra y siniestra en Los Peor (Norma) del escritor costarricense Fernando Contreras Castro. Jerónimo Peor ha recorrido todos los conventos del continente y ha estudiado historia antigua en griego y latín, vuelve en la locura, con su hábito de casi sacerdote, a deambular, en una urbe que ha cambiado y él quiere desentrañar a partir de sentencias escritas en un cartón que impone a los peatones para obligarles a pensar, nadie lo toma en cuenta, no es más que un ser estrafalario que todos miran con indiferencia.Jerónimo vive en el prostíbulo que regenta su pudorosa hermana, a quien, ante la imposibilidad de sobrevivir a la pobreza, con su marido postrado, no le queda más remedio que recoger muchachas descarriadas y emigrantes ilegales para que ejerzan de putas para no morirse de hambre. Mujeres comunes y mortales que en el fondo no son malas, es la sociedad la que las presenta así y es el sistema el que ha impuesto esa forma de vida.Una muchacha de pueblo llega a punto de parir, es recogida y nace un niño, bautizado Polifemo, pues tiene un solo ojo. Cíclope posmoderno que es escondido de las gentes de fuera de la casa de los Peor. Todas y todos llegan a querer al fenómeno que raya en una inteligencia suprema y cuyo único ojo le sirve al autor para mostrar la terrible vida de los niños de la calle de San José, todas las miserias humanas emergen entre una prosa meliflua, que se encubre entre metáforas de alcance literario, imágenes y situaciones forzadas que impiden fluidez al narrador.El lector acompaña las travesías urbanas de Jerónimo y Polifemo por una urbe extraña, llena de violencia, pobreza y abandono, un ciego que lleva un perro viejo de lazarillo y es a la vez el cicerone para guiarnos por una ciudad perdida, en el ensueño de un pasado mejor, bajo la urbe nueva, sin carácter, fría y hostil.

Fuente: http://es.shvoong.com/books/468732-los-peor/#ixzz27oY1RolF

Putas, pandillas, drogas, alcohol, amor desmesurado por sus iguales de parte de los abandonados de Dios. Nada hay peor que la vida los Peor.Para el autor los Peor representan esa inmensa población que supervive en medio de la batalla cotidiana por un pan, una sonrisa y algo de placer. Es la sorpresa de alguien que ha vivido desconociendo y evitando la miseria humana que se despliega como una inundación bajo la seguridad de sus edificios y su economía, donde la felicidad de unos es nada más la razón de la violencia de los otros.Fernando Contreras C, con su novela, intenta, de una vez, restregar a los lectores una realidad latente en su país, especialmente en su ciudad, pretendiendo que sus habitantes transitan su cotidianidad evitando la cloaca social que pulula bajo su admirado desarrollismo, su solvencia económica, política y social.El abuso de la metáfora, dejos de surrealismo y realismo mágico hacen que la novela no logre su cometido. Resulta apenas el intento de un autor en busca de la forma de contar una realidad descarnada, que lo único que exige es una prosa directa, sin vericuetos inútiles. Pierde en verosimilitud cuando la temática social de la urbe, bastante bien manejada y hasta manoseada por muchos autores de la región, se enreda en juegos artificiosos nacidos del arbusto mental de su autor.La pretensión de Contreras es la denuncia, lograr un giro en la narrativa de su país al tomar “por los cuernos” la infrahumana realidad en la cual viven miles de costarricenses como tantos otros de América. Quizás en Costa Rica esto seauna vuelta de tuerca en su literatura, pero la novela como tal, deja muchos vacíos en su construcción, hay descuido, y hasta cierto temor para abordar la miseria, de su historia, sin disfraces. Además no puede evitar, el devaneo, mostrarse como una

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