Mi Vida

Me da curiosidad como un simple ensayo que es para evaluar, ortografía, me hizo analizarme a mí mismo, mi vida, y como he decidido vivir. Se suponía que debíamos elegir entre el peor y mejor día de nuestras vidas, y describirlo: pensé que eso no representaría ningún problema… hasta que me encontré a mí mismo enfrente al papel, y literalmente no pude escribir.

Supongo que soy demasiado optimista como para escribir un ensayo acerca del peor día de mi vida. Creo no lo he vivido aún. Espero nunca vivirlo. Quizás es solo mi cerebro tipo “vaso medio lleno” el que está metiéndose en este trabajo a la fuerza, pero pienso que nadie debería tener que vivir el peor día de su vida, nunca. Eso sería ideal.

Entonces he decidido escribir acerca del mejor día de mi vida. Y es aquí cuando encuentro el verdadero problema.

¿El mejor día de mi vida? Eso es como si te preguntaran acerca de la comida más rica que has probado, o la noche en que mejor has dormido. Intento hacer que todos mis días valgan la pena, intento disfrutar todas las cosas que la vida pone en mi camino. ¿Cómo puedo elegir solo uno?

El mejor día de la vida de todos son esos en los cuales pasan cosas importantes: una boda, un nacimiento, una graduación, un gran viaje. No es así para mí, usualmente prefiero las cosas pequeñas de la vida, esas son las mejores: simples, momentos que te hacen sentir bien, que te hacen consciente de ti mismo y del mundo a tu alrededor, que te hacen no querer estar en ningún otro lado… Son solo pequeñísimos momentos, pero se siente tan bien.

Comer un chocolate realmente bueno, conocer a alguien nuevo, acostarse en la grama con tus brazos abiertos, un picnic familiar en un día soleado, charlar hasta tarde con un amigo, gritar todo lo que puedas en los Médanos de Coro, escuchar música significativa, comer helado, haber aprendido recientemente un nuevo idioma, leer el primer libro de Harry Potter, llorar el último libro de Harry Potter, ser besado, reírse hasta que te duela el estómago, hacer que alguien se ría hasta que le duela el estómago, quedarse en casa en un día lluvioso, ver tu película favorita por primera vez, conocer un nuevo país, hacer una locura, bailar solo.

Si pudiera tomar cada uno de esos momentos y unirlos en veinticuatro horas, definitivamente tendría el mejor día de toda mi vida.

...