Mi improvisado viaje a Cancún
Enviado por karlynne • 21 de Agosto de 2014 • 737 Palabras (3 Páginas) • 254 Visitas
Mi improvisado viaje a Cancún
Mis tías improvisaron un viaje a Cancún, un fin de semana antes de entrar a clases. DE un momento a otro nos encontrábamos en el aeropuerto con maletas en mano buscando donde comprar los boletos.
Dentro del aeropuerto Mariano Escobedo fue sencillo movernos pues los empleados de la sección de información fueron muy amables, nos indicaron con lujos de detalle donde podríamos encontrar las aerolíneas que volaban hacia nuestro destino, con horarios y demás detalles de vuelo.
Fue sencillo encontrar una aerolínea con un precio conveniente, algo que en realidad me sorprendió pues era la primera vez que viajábamos en avión y habíamos escuchado historias sobre lo costosos que son los boletos.
Pasamos el registro sin muchos problemas, las sorpresas llegarían al subir al avión, pues estábamos muy nerviosas y emocionadas a la vez. Era nuestro primer viaje en avión y todo era nuevo para nosotros desde el servicio de las azafatas hasta como despegaba y aterrizaba el avión.
Alrededor de 2 horas después, estábamos en Cancún, un poco perdidas pero nuevamente los trabajadores del aeropuerto fueron muy amables con nosotros al decirnos donde recoger las maletas y donde podíamos conseguir un taxi.
Nos sorprendieron los precios altos del taxi, pero aun así no tuvimos problemas estábamos lo suficientemente preparadas para solventarlo. Misteriosamente el taxi se estacionó cerca de un puerto y le dio instrucciones a mi tía de un negocio cercano, que parecía una simple tienda de recuerdos. Al bajar, ella nos dio otra sorpresa, nuestro hotel estaba en isla mujeres por lo que tendríamos que hacer la última parte del recorrido en barco. En ese momento solo pensé como en un solo viaje había hecho recorrido por los 3 diferentes tipos de medios de transporte.
A pesar de la oscuridad nocturna la vista era increíble y nuestra sorpresa fue mayor al ver el hotel a menos de 2 cuadras del puerto; era un hotel simple pero hermoso y más aún porque nuestra habitación tenía vita al mar; todo aquello parecía un sueño.
A la mañana siguiente, me desperté muy temprano para poder apreciar la vista. El clima era caluroso y el cielo estaba despejado, con un poco de atención a lo lejos se podía ver Cancún. Me encargué de despertar a mis tías y a mi prima para bajar a desayunar, pues entre más pronto lo hiciéramos, más pronto iríamos a la playa.
Luego de desayunar caminamos por algunas calles para conocer mejor el lugar, había casas y negocios por todos lados, rentaban motos y carros de golf por todos lados era fascinante; pero, lo que más me sorprendió fue ver el otro lado de la isla a menos de 5 cuadras detrás de nuestro hotel, había un pequeño parque y en el horizonte solo podías ver el mar en toda su amplitud.
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