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NIEBLA MIGUEL UNAMUNO


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  2.912 Palabras (12 Páginas)  •  885 Visitas

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NIEBLA MIGUEL UNAMUNO

Capítulo I

Augusto se encontraba en la puerta de su casa, cuando notó que llovía. Sin rumbo y sin saber hacia donde dirigirse de paseo, comenzó a seguir a una moza.

Esta chica llegó a una casa, donde Augusto interrogó a su portera sobre quién era esa chica. Ésta le informó con detalle y Augusto le recompensó.

Luego se sentó en un banco a reflexionar sobre Eugenia, la chica.

Capítulo II

Cuando llegó a su casa, se sentó a escribir a su amada. Cuando terminó la carta, en la que le pedía ocasión para conocerse, marchó a la Alameda para entregar la carta.

Se la dio a la portera, y también le dio un duro de recompensa. Esta le dijo que no era la primera carta que ella recibía de pretendientes, y le contó que tenía un aspirante a novio.

Augusto marchó contento de tener algo que hacer, alguna meta y de por fin tener un rumbo en sus paseos diarios.

Capítulo III

Augusto acabó en el casino, donde con Víctor jugó una partida de ajedrez, en la que no se concentraba por pensar en Eugenia. Cuando le contó a su amigo que estaba enamorado, éste no se impresionó demasiado porque ya lo había notado. Además de que ya conocía a Eugenia.

Capitulo IV

Llegó a su casa, donde siempre antes de acostarse jugaba con su servidor a un tute. Mientras jugaban conversaron sobre el matrimonio y cuando nombró a Eugenia la criada le dijo que ella la conocía.

Augusto notaba que todos la conocían menos él. Se había dado cuenta lo aburrida que había sido su vida desde que murió su madre. Reflexionando, se quedó dormido.

Capítulo V

Soñaba con un águila cuando le despertó una voz y de paso pidió el desayuno antes que de costumbre y marchó a casa de Eugenia para informarse de las novedades a través de la portera. Ésta le dijo que ella le había pedido que le comunicara que estaba comprometida, cosa que a Augusto no le importó.

Augusto comenzó a recordar a sus padres difuntos. Su madre le ayudaba con las matemáticas. Mientras pensaba se encontró un perro abandonado, con hambre, que recogió y llevó a su casa para alimentarlo. Lo llamó Orfeo y se convirtió en su confidente.

Capítulo VI

Andaba Augusto por casa de Eugenia, cuando vio que una señora del segundo piso sacaba a su canario al sol, cuando de repente se le desmontó la jaula y cayó. Augusto consiguió coger la jaula y se la subió a la señora. Le dijo que estaba tras su sobrina Eugenia, y la tía le contó que esta era caprichosa.

Cuando llegó Eugenia a casa, le informaron de la visita de Augusto.

Capítulo VII

En este capítulo Augusto le habla a su perro Orfeo, reflexionando sobre las cosas de la vida, contándole sus pensamientos; aunque Orfeo en realidad no le entendía.

Capítulo VIII

Augusto se hallaba en casa de su amada, y sus tíos le dijeron que esperara a su llegada para que pudiera conocerla. Cuando llegó ella Augusto se puso muy nervioso. Al conocerse, ella se mostró distante, fría, y de gran carácter. Podía molestar a Augusto, pero todo lo contrario; más le atraía esa independencia. Sus tíos le mostraron todo su apoyo para conseguir conquistar a la chica.

Capítulo IX

Eugenia hablaba con su novio Mauricio. Le pedía que se decidiera de una vez a casarse, ya que de lo contrario sus tíos le estarían presionando mucho para casarse con Augusto, aunque a ella no le gustaba. Él debía buscar trabajo de una vez o todo se acabaría.

Capítulo X

Augusto salió para el Casino, y de repente se percató de que había estado siguiendo a otra moza hasta su casa. Para sí mismo daba gracias a Dios por crear mujeres tan bellas. Veía y veía muchas mozas guapas, pero ninguna como su Eugenia.

De repente se encontró con Víctor, que le preguntó a donde se dirigía ya que le había esperado en el casino. Augusto entonces le contó que desde que estaba enamorado de Eugenia veía hermosas a todas las chicas, cosa que no entendía, pero Víctor le explicó que lo que pasaba era que había descubierto el amor, que en realidad no estaba enamorado de corazón, sino de cabeza.

En su casa habló con Liduvina sobre el mismo tema. Quería saber qué era estar enamorado de verdad.

Capítulo XI

Augusto visita de nuevo la casa de Eugenia, que le esperaba sola, sin sus tíos. Ella le dice que está engañado, que tiene novio del que está enamorada. Su tía no lo puede comprender, pero su tío defiende su libertad de elección, ya que es anarquista. Augusto por su parte, solo quiere la felicidad de ella, cueste lo que cueste. Entonces decidió hacer un acto heroico por ella; pagar todas las hipotecas pendientes de su difunto padre.

Capítulo XII

Llegó la planchadora a casa de Augusto como habitualmente, pero esta vez Augusto se fijó de verdad en ella, cosa que le hizo ponerse colorada. Él le dijo todo lo hermosa que era, y Rosario rompió a llorar. Augusto también al recordar que su amor no era correspondido, y Rosario se compadeció de él. Entonces le preguntó si ella le querría, ya que Eugenia no, y Rosario le dijo que sí. Entonces les pilló Liduvina y le dijo que realmente estaba enamorado por la tontería que acababa de hacer.

Capítulo XIII

Augusto recibe de repente la visita de Eugenia, cosa que le sorprendió. Ella venía para preguntarle por qué le había comprado la hipoteca. Había pensado que el lo hacía para comprarla, para conquistarla y se enfadó. Él intentó hablar, decirle que solo quería su felicidad, pero Eugenia no le escuchó.

Apenado anduvo hasta llegar a una iglesia, en la que entró sin pensar y donde se encontró a don Avito, quien le dijo que en la vida solo se aprende viviendo. También le contó que usualmente iba a la iglesia aunque ni siquiera sabía si creía... Le recomendó que se casara cuanto antes para sustituir la pérdida de su madre, aunque fuera con una chica a la que no quería.

Capítulo XIV

Víctor estaba raro, por lo que Augusto le preguntó. Entonces le contó toda su historia con su mujer; que no habían podido tener hijos lo que al principio les influyó mal en la relación al principio. Pero una vez superado, vino de nuevo la desgracia: ¡Elena estaba embarazada! Lo estaban pasando mal de nuevo porque su mujer se avergonzaba.

Augusto regresó pensando en lo que le habían dicho sus dos amigos, y luego se desaogó con Orfeo.

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