Narrativa Existencialista: en El Túnel de Ernesto Sábato y en El Extranjero de Albert Camus. Relaciones
Enviado por Ka14 • 9 de Octubre de 2019 • Informe • 3.867 Palabras (16 Páginas) • 289 Visitas
Universidad Nacional de Córdoba
Facultad de Filosofía y Humanidades
Escuela de Letras
Literatura Argentina II
Trabajo Final:
Narrativa Existencialista: en El Túnel de Ernesto Sábato y en El Extranjero de Albert Camus. Relaciones.
Martín, Eliana
Junio de 2010
Introducción
En el presente trabajo se pretende abordar la corriente existencialista a partir de la novela El túnel de Ernesto Sábato, en relación al existencialismo que propone Albert Camus, particularmente en su obra El extranjero .
El Existencialismo presenta al individuo como el único ser capaz de crear sentido a su propia vida, a su “existencia”. Sostiene que el existente humano piensa, actúa y se relaciona “consigo mismo”, con sus contradicciones y con sus angustias. Esta corriente expone que la existencia del ser humano no es nunca un “objeto” sino que, desde el momento en que el ser humano es capaz de generar pensamiento, “existe”. Así mismo, el Existencialismo plantea que el hombre es libre, y por eso, responsable de sus actos; esto provoca en el individuo, la formación de una ética y moral individual. También es posible percibir la importancia que se otorga a la relación hombre-mundo en esta corriente, es decir, cómo se relaciona el individuo con la sociedad que lo circunda y con la realidad de su época, para ello es necesario aproximarse al Realismo.
En las dos novelas en cuestión, es posible observar cómo los autores construyen a los personajes en relación a los principales postulados del Existencialismo, es decir, tanto para Castel como para Meursault, el sentido de la vida es nulo, sin importancia. Ambos personajes se piensan únicos en el mundo, incapaces de hacer nada, solo de “existir”. Respecto a esto, se podría inferir como hipótesis de lectura, como línea que guíe el recorrido en ambas obras: la temática de la “existencia”, enfatizada en la desesperanza, la incomunicación, la angustia y la soledad del hombre, instalado en un lugar-tiempo donde se siente ajeno.
Así como cada literatura construye sus personajes y sus héroes, cada época cimienta sus tendencias estéticas. Los imaginarios construidos por muchas de las obras contextualizadas en el siglo XX, optan por la figura del héroe fracasado, desesperanzado, angustiado, incomunicado, para expresar literariamente el desconcierto del hombre moderno en la nueva sociedad.
A fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX Argentina comienza a mostrar una modernidad que hasta entonces había sido desconocida. La Literatura no es ajena a esa nueva vorágine moderna y al marco de la problemática existencial del hombre que vive en la sociedad actual, por el contrario, es la expresión artística, y a veces crítica, de ese proceso.
Ernesto Sábato, a través de El túnel (1948), intenta penetrar y revelar la angustia existencial del argentino de hoy, como consecuencia de una sociedad injusta que no tiene en cuenta los problemas esenciales de la existencia humana.
El autor, no concibe la literatura realista a la manera del Realismo de las primeras décadas del siglo, donde se busca documentar la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor, es decir, donde la descripción del contexto se realiza como una manera de transportar la realidad a la literatura. Sábato considera que con ese procedimiento lo que se consigue es la mayor de las irrealidades, puesto que se desconoce lo que determina esa realidad. Él pretende recrearla en todas sus instancias, para no falsear su esencia histórica. De ese modo, el neorrealismo de Sábato implica una nueva manera de situarse ante la realidad. Se observa que el autor la presenta tratando temas que antes no se tocaban. Se basa en sus propias vivencias y en las de su generación, producto de dudas e interrogantes -tales como: quiénes somos y a dónde vamos-.
En la literatura de los años ‘40 predomina una actitud crítica en la manera de captar la realidad, superando a la novelística de los años anteriores. Surge una nueva visión de la problemática humana existencial, que se plasma en una estructura de corte realista. La crisis de los años ’40 tiene como marco histórico la Guerra española –entre 1936 y 1939-, la Década Infame –de 1930 a 1943- y la Segunda Guerra Mundial –entre 1939 y 1945-, y va unida al Existencialismo en la medida en que todos los escritores de la época centran su narrativa alrededor de las mismas temáticas, en relación a cuestiones éticas y metafísicas. Los escritores argentinos de estos años -como Sábato-, influenciados por concepciones anteriores -entre las que mencionaremos a Albert Camus-, se orientan hacia la búsqueda de la esencia del ser, como así también hacia la relación del ser con el mundo. Estamos frente a una literatura de fuerte crítica de la realidad. Se trata de una realidad que muestra la revelación de un individualismo moderno cada vez más acentuado, ante la cual surgen sujetos que afirman su identidad a partir de la distancia respecto a la sociedad. El personaje de Sábato realza notoriamente su individualismo y se perfila como el artista aislado del entorno social, encerrado en su propio “túnel”. El protagonista representa el drama del hombre arrojado al mundo y escindido del pensamiento lógico, incomprendido por los demás, incapacitado para interactuar con sus pares y con su marco histórico, donde la comunicación con la sociedad no es posible debido a su soberbia y vanidad intelectual:
“Lo que a mí me parece claro y evidente nunca lo es para el resto de mis semejantes” / “Me anima la esperanza de que alguna persona llegue a entenderme” / “Siempre he mirado con antipatía y hasta con asco a la gente” / “Generalmente, esa sensación de estar solo en el mundo aparece mezclada a un orgulloso sentimiento de superioridad”.
Ernesto Sábato se propone indagar existencialmente su contemporaneidad humana y por eso asume un nuevo compromiso con la literatura y con la vida. Nos expone en su obra los conflictos y las corrientes de pensamientos actuales. En El Túnel se observa la preocupación por un mundo dominado por el caos. La desesperanza aparece como uno de los temas centrales en la novela. Esa desesperanza es presentada como un sentimiento provocado por la realidad de la época.
En esta obra, el autor muestra a un hombre que está angustiado porque vive incomunicado, en soledad. Es a través de la personalidad de Castel que reconocemos que la problemática del Existencialismo está presente, en la medida en que Sábato nos presenta al personaje completamente aislado de la sociedad, sintiéndose ajeno, incomunicado, angustiado por vivir en una duda permanente.
Mediante la
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