Naturaleza
Enviado por mmadrid4 • 3 de Marzo de 2013 • 619 Palabras (3 Páginas) • 304 Visitas
ENSAYO
Así pues -dije yo-, tras un largo discurso [459] se nos ha mostrado al fin, Glaucón, quiénes son
filósofos y quiénes no.-En efecto -dijo-, quizá no fue posible conseguirlo por más breve camino.
-No parece -dije-; de todos modos, creo que se nos habría mostrado mejor si no hubiéramos tenido
que hablar más que de ello ni nos fuera preciso el discurrir ahora sobre todo lo demás al tratar de
examinar en qué difiere la vida justa de la injusta.-¿Y a qué -preguntó- debemos atender después de
Ello?
Entonces Adimanto dijo: , Sócrates! Con respecto a todo eso que has dicho, nadie sería capaz
de contradecirte, pero he aquí lo que les pasa una y otra vez [466] a los que oyen lo que ahora estás
diciendo: piensan que es por su inexperiencia en preguntar y responder por lo que son arrastrados en
cada pregunta un tanto fuera de camino por la fuerza del discurso, y que, sumados todos estos tantos
al final de la discusión, el error resulta grande, con lo que se les muestra todo lo contrario de lo que se
les mostraba al Principio; y que, así como en los juegos de tablas los que no son prácticos quedan al fin
bloqueados por los más hábiles y no saben adónde moverse, así también ellos acaban por verse
cercados y no encuentran nada que decir en este otro juego que no es de fichas, sino de palabras, bien
que la verdad nada aventaje con ello 467 .
Bien -dije-, ¿te burlas de mí, después de haberme lanzado a una cuestión tan difícil de exponer?
Escucha, pues, la comparación y verás aún mejor cuán torpe soy en ellas. Es tan malo el trato que
sufren los hombres más juiciosos de parte de las ciudades, que no hay ser alguno que tal haya sufrido;
y así, al representarlo y hacer la defensa de aquéllos, se hace preciso recomponerlo de muchos
elementos, como hacen los pintores que pintan los ciervos-bucos [470] y otros seres semejantes.
Figúrate que en una nave o en varias ocurre algo así como lo que voy a decirte [471] : hay un patrón
más corpulento y fuerte que todos los demás de la nave, pero un poco sordo, otro tanto corto de vista
y con conocimientos náuticos parejos de su vista y de su oído; los marineros están en reyerta unos con
otros por llevar el timón, creyendo cada uno de ellos que debe regirlo sin haber aprendido jamás el
arte del timonel ni poder señalar quién fue su maestro ni el tiempo en que lo estudió, antes bien,
aseguran que no es cosa de estudio [472] y, lo que es más, se muestran dispuestos a hacer pedazos al
que diga que lo es.
-Siendo ésta -seguí- su naturaleza, precisa examinar las causas de que se corrompa en muchos y de
que sólo escapen a esa corrupción unos pocos a quienes, como tú decías, no
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