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Estudio De Caso Emprendedor Aplicado A Un Investigador

DIANA MARCELA BOLAÑOS RODRÍGUEZ

Es muy joven para tener un doctorado, pero lo es aún más para estar casada y tener una hija de tres años; definitivamente, a esta bogotana no solo le ha rendido la vida sino que sus logros son dignos de admirar. Con apenas 31 años de edad tiene un titulo como Bióloga Marina con una tesis meritoria, y curso un PhD en Zoología de la universidad de nueva Hampshire, Estados Unidos, donde, en el 2008, recibió el Premio a la Excelencia en Investigación. "Me fui sin dominar bien el idioma; al comienzo no entendía nada, pero siempre he estado convencida de que cuando las cosas son para uno, no obstáculos que valgan".

Para DIANA MARCELA BOLAÑOS "todo lo que uno hace en la vida es un logro: ser mama, esposa e investigadora es un triunfó, pero debo admitir que haber ganado el premio internacional Unesco-L`Oreal for women in science, fue muy satisfactorio". Más aún si se tiene en cuenta que apenas tenía 29 años. Este reconocimiento, que galardona a mujeres científicas de todo el mundo, le fue entregado por su trabajo con unos gusanos marinos muy particulares. Se llaman policladidos y son los Únicos que cuentan con células madre para generación de tejidos. La importancia de esta investigación radica en la aplicación que pueda tener para tratamientos de personas con problemas en el sistema nervioso, como el mal de Parkinson o la paraplejia (parálisis en la parte inferior del cuerpo).

"Sé que algunos colegas me admiran y valoran la dedicación a mi trabajo y todo lo que hecho en tan corto tiempo, pero también tengo claro que otros, por mi edad, me creen muy inexperta; lo cierto es que todo me lo he ganado con mucho esfuerzo". Ahora los días de Diana se distribuyen entre sus dos pasiones, una de las cuales es el trabajo como docente en la Universidad de Cartagena. "Lo que más me gusta de enseñar es el hecho de tener contacto con los estudiantes y poder ser una inspiración para ellos. Creo que hay profesores que nos marcan en la vida y a los cuales recordamos siempre, y a mí me gustaría sembrar en ellos interés y amor por la Biología y guiarlos para que se conversan de que lo que hacen vale la pena".

La otra labor que ama es su trabajo como científica. “Es difícil dedicarse a la investigación en nuestro país porque no hay mucho apoyo para este campo, por ello se avanza lentamente, ya sea por falta de equipos o de infraestructura, pero no voy a perder el entusiasmo". Es más, su próxima meta es montar un laboratorio de investigación para continuar con sus proyectos.

Paciencia, optimismo y mucho ánimo; según Diana, esas son las tres cualidades que necesita todo científico. “Creo que una de las mayores virtudes en este oficio es la dedicación. En las ciencias, sobre todo en la investigación, los resultados que se obtienen pocas veces son los esperados; por tanto, hay que tener perseverancia para seguir y no dejarse desanimar cuando las cosas no salen". Una

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