Novela "Maria" De Jorge Isaac
Enviado por YralysP • 25 de Marzo de 2015 • 6.928 Palabras (28 Páginas) • 608 Visitas
REPUBLICA BOLIVARIA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION
INSTITUTO EDUCATIVO PARAGUANÁ
PUNTO FIJO – EDO. FALCON
INTEGRANTES:
MANUEL DOS SANTOS #01.
BARBARA CHIRINOS #13.
PAULA WEFFER #26.
YRALYS PETIT #28.
ANGELYN GUERRERO #29.
5to, “D”.
CAJA DE AGUA; MARZO DEL 2015.
DESARROLLO.
1. Resumen de los capítulos.
• Capítulo 1: Era yo un chiquillo cuando mis padres me mandaron para el colegio más famoso de toda la República. Logre dormir la víspera del viaje tenía un presentimiento de los muchos que habría de después. La mañana siguiente todos mis familiares esperaban ansiosos decirme adiós, María paciente y humilde aguardaba su turno con las manos unidas.
• Capítulo 2: Seis años, los últimos de un lujoso agosto me recibieron al regresar al nativo valle. Mi corazón rebosaba de amor patrio. Era la última jornada de viaje y yo gozaba de la más perfumada mañana de verano. Estaba mudo ante tanta belleza, cuyo recuerdo había querido conservar en la memoria por que alguna de mis estrofas, admiradas por mis condiscípulos, tenía ellas pálida tinta.
• Capítulo 3: Sentado entre mis padres a la cabecera de la mesa, las mujeres se empeñaban en hacerme probar sus colaciones y cremas, sonrojándose aquella a quien yo digiera palabra de complacencia o admiración. María me ocultaba tenazmente sus ojos mas puede admirar en ellos la hermosura de las jóvenes de su raza lo mismo que aquellos labios rojos, bellísima dentadura.
• Capítulo 4: Aquella noche soñé que María entraba a renovar las flores de mi mesa y que al salir había rozado las cortinas de mi lecho con su vaporosa falda de muselina. Y fue al despertar cuando su voz llego a mis oídos, pura y dulce la misma de antaño pero más grave y con amplitud para prestarse a todas las modulación de la ternura y la pasión.
• Capítulo 5: Tres días más tarde había de salir con mi padre a visitar sus haciendas cuyo funcionamiento me inspiraba viva curiosidad e interés. Como el viaje nos ocuparía varias fechas entristecieron un tanto mis hermanas y me rogaron más de lo estrictamente necesario. María no me suplico pero la vi seguir con los ojos todos mis preparativos de marcha.
• Capítulo 6: La visita a la hacienda me ocupo cuatro jornadas. Al regreso estaba colocando María una lámpara en una de la mesa del salón, cuando me acerque a saludarla. Me pareció verla ligeramente pálida y alrededor de sus ojos había una leve sombra. Imperceptible para quien la mirara con menos entrega que yo. Volvía a ella el rostro hacia mi padre que llegaba entonces y pude ver que en el nacimiento de una trenza conservaba un clavel agostado; acaso el mismo que yo le diera la víspera de mi salida hacia el valle.
• Capítulo 7: Cuando mi padre visito en su último viaje a las Antillas, su primo Salomón acababa de perder su esposa. Los dos hombres habían venido juntos a Sudamérica donde mi padre se enamoro de la hija de un español intrépido capitán de navío luchador por la causa de España y que murió fusilado en Majagual el 20 de mayo de 1820.
• Capítulo 8: Al reunirse para la cena faltaba María imagine que sus ocupaciones la habían demorado más de lo de costumbre. Emma la disculpo diciendo que desde la tarde padecía dolor de cabeza y en ese momento parecía dormir. Yo disimule mis impresiones hablando de las mejoras que encontraba en la finca, pero la sobremesa duro poco tiempo.
• Capítulo 9: Trate al día siguiente de apaciguar dedicándome a la caza en la que mi fiel ‘‘Mayo ´´ el perro más inteligente del lugar me entretuvo espantando garzas de sus dormideros loros que salían delo guadales y diostedés en el corazón de la sierra.
• Capitulo 10: Hice mil esfuerzos para mostrarme jovial aquel día. Durante la comida Hable con entusiasmo de las hermosas mujeres de Bogotá ponderando intencionadamente las gracias y el ingenio de NN... Mi padre gozaba oyéndome, Emma hubiera prolongado la sobre mesa y María se mantuvo en silencio Aunque sus mejillas palidecieron de una vez.
• Capitulo 11: Nunca las auroras de julio en el cauca fueron tan bellas como María cuando se me presento a la mañana siguiente momentos después del baño: sus cabellos de carey sombreado, sueltos a medio rizar la mejillas de color de rosa suavemente desvanecido y en instantes avivado por el rubor jugando en sus labios aquella sonrisa que en mujeres como María revela una felicidad que no puede ocultar.
• Capitulo 12: Una tarde al regreso de mi habitual caminata me pareció notar signos de preocupación en los criados con quienes tropecé al llegar a casa. Por Emma tuve la noticia de que María había sufrido un ataque nervioso que le hizo perder el conocimiento. Corrí a la alcoba de la enferma y dominando las ansias que me impelían a estrecharla contra mi corazón para volverla a la vida pare desconcertado al pie del lecho.
• Capitulo 13: Acababan de sonar las doce en el reloj del salón sentí pasos cerca de mi puerta y la voz de mi padre que me llamaba: -levántate, Maria sigue mal. Conviene llamar al doctor. El acceso se había repetido apenas tarde unos minutos en disponerme a salir.
• Capitulo 14: Aquella noche a la hora del refresco estaba con mis hermanas en el comedor esperando a mis padres que tardaban más tiempo que el de costumbre. Cuando ambos se personaron en la noble fisonomía de el y en la pequeña arruga perpendicular que les surcaba en la frente entendí que alguna grave cuestión le tenía alterado.
• Capitulo 15: Diez días habían trascurrido de aquella penosa conversación con mis padres no me sentía capaz de cumplir tanta exigencia respecto de la infeliz muchacha y menos aun al conocerla propuesta de matrimonio de mi amigo Carlos.
• Capitulo 16: Estaba yo en plan de marcha cuando Emma llego a mi cuarto se extraño de verme con aire de satisfacción ¿adónde vas tan contento? -Preferiría no tener que ir a ninguna parte -conteste- pero he de ver a Emigdio que se queja de inconstancia. ¡que injusto ¡ exclamo entre risas mi hermana. ¡cómo va a ser tu inconstante ¡ -¿ de qué te ríes? -de eso de lo injusto que es tu amigo. ¡Pobrecillo! -No Emma tú te ríes de otra cosa -No seas pesado, ven déjame que te peine y te arregle un poco.
• Capitulo 17: Camino de la casita de Emigdio atravesé un corto llano en el que la zarza y el rabo de lobo sobre los gramales humillados y pantanosos. Allí ramoneaban algunos caballejos rapados de crin y de
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