Novela de Pedro y Juan.

La novela inicia cuando un día se fueron de pesca la familia de Pedro y Juan que son Madame Roland (una burguesa ahorradora y un poco sentimental de 48 años) y el viejo Roland (un antiguo joyero parisiense que le gustaba mucho la pesca), con la invitada Madame Rosémilly (una joven viuda de 23 años, rubia y de ojos azules), Pedro era un hombre de 30 años, de patillas negras, bigote y mentón afeitados, tenía la profesión de doctor y Juan era rubio, barbudo, mucho más joven que su hermano y el tenia la profesión de Derecho. Se dan cuenta que desde el medio día no habían pescado nada según por causa de las mujeres ya que cargar con ellas se toma mucho tiempo y en ese transcurso se les hace tarde y los peces abandonan la superficie exterior.

Pedro y Juan no se llevaban nada bien ya que Pedro le tenía envidia a Juan debido a las pequeñas cosas que surgen en la vida. Juan había sido siempre desde su infancia un modelo a seguir de dulzura, bondad y de carácter invariable. Madame Roland durante el invierno conoció a una vecina, Madame Rosemilly que había tomado la costumbre de ir a bordar y platicar un rato, por la noche, a casa de la familia Roland que le ofrecían una taza de te. A Pedro y a Juan les gusto Madame Rosémilly pero ella parecía preferir a Juan. Su madre esperaba con ansia que uno de los 2 triunfara, ya que la joven era rica

Una tarde Madame Rosemilly estaba almorzando con ellos y Roland la invito a ir de pesca quedaron en ir un martes. Ese martes camino a casa Madame Roland invito a Rosemilly a comer con toda la familia para que así terminaran el día juntos y ella con mucho gusto y con toda confianza acepto ya que para ella hubiera sido triste regresar a casa sola esa tarde ya cuando llegaron a la casa toda la familia después de irse de pesca y tener un gran día, la sirvienta Josefina les dijo que había ido un notario a buscarlos a la casa. El señor Lecanu era el notario y también un poco el amigo del viejo Roland. Ellos rápidamente pensaron que sería algo muy importante el cual despertó en ellos numerosas ideas de contratos, herencias, procesos, etc. ya que se veía el interés del notario al platicar con la familia. Madame Roland empezó a pensar en todas las alianzas, tanto por parte de su marido como por la suya pero Pedro sabia que su madre era un poco soñadora así que temía que tuviera una desilusión en caso de que la notica fuera triste en vez de agradable. Más tarde ya que todos estaban en sus habitaciones llega el notario nuevamente y bajo el viejo Roland, el pregunto sobre lo que sucedía y le platico sobre la existencia de un tal Marechal, el notario le dijo que había fallecido y había declarado heredero universal a Juan el hijo menor. Maréchal tenía una gran amistad con la familia y él consideraba que al pequeño Juan que vio crecer quería dejar una gran herencia. El notario quería hacérselo saber a la familia lo más rápido posible ya que no podía pasar mucho tiempo. Si ellos rechazaban la herencia pasaría a otras manos. Los padres no esperaron una respuesta de Juan y ellos aceptaron.

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