OTRA VERSIÓN DE LA CENICIENTA
Enviado por Feria2015 • 29 de Mayo de 2015 • 727 Palabras (3 Páginas) • 354 Visitas
EJERCICIO DE RE-ESCRITURA
OTRA VERSIÓN DE:
LA CENICIENTA
Esta es la historia de una joven y muy bella dama quien vivía en una vereda muy lejos de la civilización, la cual habitaba en una parcela muy humilde criaba gallinas, cerdos, patos y cultivaba diferentes hortalizas, ella no tenía padres, ni hijos ni ningún pariente que la acompañara. Cierto día llegaron unos hombres malvados y la amenazaron para quitarle sus tierras y le ordenaron abandonar por lo que tanto había luchado y lo único que ella tenía. Las pocas personas que la conocían, la llamaban cenicienta.
Cenicienta no tuvo otra opción que recoger unas pocas cosas en una maleta e irse a buscar un sitio donde vivir. Recorrió muchos lugares y nadie le brindaba ayuda, dormía debajo de los puentes, comía de lo que muy pocas personas le daban en la calle y hasta llegó a pedir limosna en los semáforos, todos la llamaban desplazada. Hasta que un día en uno de sus recorridos por las ruidosas y complejas vías de esa gran ciudad que la había “acogido” observó un aviso “Se busca muchacha para oficios de la casa” y Cenicienta sintió una gran alegría por fin conseguiría trabajo y su vida empezaría a cambiar. Se presentó humildemente ante la persona interesada, pero la persona que encontró frente a ella y que iba a ser su jefe, era una mujer fastidiosa, tosca, miserable e inhumana, pero no había otro camino su necesidad era más grande que su orgullo y aceptó su trabajo. Tal señora vivía con sus dos hijas, quienes no se diferenciaban mucho de su madre, y aunque estudiaban en las mejores universidades de la ciudad eran personas groseras y crueles. Inició su trabajo bajo unas condiciones indignas pues era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa.
Un día mientras se esforzaba haciendo los oficios, escuchó sin querer a las dos muchachas que iba a ver una gran fiesta en un club muy prestigioso a la que invitaban a todas las jóvenes que quisieran ir…
- Tú Cenicienta, indudablemente no irás a la fiesta -dijo la madre de las jóvenes-. Te quedarás en casa limpiando el suelo y preparando la comida para cuando volvamos.
Llegó el día del baile y Cenicienta amargada vio partir a las odiosas de sus patronas hacia el club y rompió en llanto al quedarse sola y reconsiderar lo que había sido su vida.
- ¿Por qué seré tan desgraciada?
- ¡No te preocupes!!!-. Escuchó de una voz misteriosa y no podía precisar de dónde salía esta voz... Era la escoba quien le hablaba y quien siguió diciéndole: ¡Tú también podrás ir al baile, pero con una condición, que cuando escuches un mensaje que te enviaré a tu celular a las doce de la noche tendrás que regresar sin falta. Y sacudiéndose la escoba, la tocó y la transformó en una joven muy bien emperifollada, con el cabello alisado, las uñas pintadas, bien maquillada y una pinta espectacular.
La
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