PEDRO PARAMO Comala ¿El Cielo o el Infierno?
Enviado por Caesar Huerta • 31 de Octubre de 2015 • Ensayo • 1.385 Palabras (6 Páginas) • 266 Visitas
Comala ¿El Cielo o el Infierno?
César Huerta Huerta
Cielo conocido en latín como Caeli es un concepto de más allá presente en muchas religiones y filosofías espirituales. También definido en religión como lugar de morada de los dioses, ángeles y almas humanas (terrenales). Quienes creen en él afirman que el Cielo (o el Infierno) es el destino final en el más allá para muchos o todos los humanos.
Según muchas religiones, el infierno (del latín inférnum o ínferus: ‘inferior, subterráneo’) es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. Es equivalente al Gehena del judaísmo, al Tártaro de la mitología griega, y al Inframundo de las religiones paganas.
En la teología católica, el infierno es una de las cuatro postrimerías del hombre. No se le considera un lugar sino un estado de sufrimiento. En contraste con el infierno, otros lugares de existencia después de la muerte pueden ser neutros (por ejemplo, el Sheol judío), o felices (por ejemplo, el Cielo cristiano).
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo.”
Juan Preciado nos cuenta un desafortunado viaje que realizó a Comala cumpliendo la última petición de su madre (Dolores), esta le había pedido a Juan que fuera a buscar a su padre (que no conocía por cierto), le dijo que se llamaba Pedro Páramo y vivía en Comala. Al principio no pensaba cumplir con esta petición pero quizá la curiosidad o el remordimiento lo hizo emprender el viaje, sin imaginar cual sería el desenlace de este.
“El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.”
Su primera sorpresa fue conocer a Abundio y la noticia que le dio. Al llegar Juan a Los Encuentros vio a un arriero, le dijo que si sabia donde estaba Comala y el arriero le ofreció llevarlo. Andando por los caminos de tierra y entre la plática, Juan se enteró de que el arriero (Abundio) también era hijo de Pedro, y lo peor, que Pedro Páramo había muerto hace ya varios años.
¿Quién es?... volví a preguntar.
Un rencor vivo… me contestó él.
Al acercarse a Comala se encontró un lugar muy diferente al que Dolores le había descrito, le había platicado de un lugar con vida, la gente por sus calles y con grandes hectáreas verdes, pero al llegar se encontró con un lugar gris, desolado, en donde se sentía el miedo, rencor y tristeza en su aire. Al llegar, Abundio le dijo que fuera hasta donde Eduviges habitaba. Al llegar Juan tocó la puerta y rápidamente abrió la señora, esta le dijo rápidamente que si era el hijo de Dolores Preciado, Este le contestó que sí, pero no tenía idea de cómo lo sabía, así que le preguntó y Eduviges le contesto que su madre le platicaba mucho de él, se sorprendió ante la respuesta de la señora ya que su madre ya estaba muerta, ella le dijo que Dolores le aviso que iba a ir. Pero ¿cómo iba a saber ella que él era Juan Preciado si su madre había muerto, como le había podido avisar? Platicando de cómo Juan había llegado a Comala le comento a Eduviges que Abundio lo guió, A lo que ella le respondió que eso no podría ser posible porque Abundio había muerto hace algún tiempo.
“Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti. Encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz.”
Días después conoció a una tal Damiana, quien le dijo que ese no era lugar para él, y lo invito a quedarse en su casa. Juan le comento que no podía ya que sería una descortesía hacia Eduviges que le ofreció su casa, Damiana le dio la noticia de que Eduviges también había muerto hace algún tiempo. Juan salió de la casa de Eduviges junto con Damiana pero estaba muy confundido y en el camino, en un arranque de confusión y desesperación perdió a Damiana en la nada. Camino y encontró a una pareja que al parecer estaban “vivas”, una pareja muy peculiar, unos ancianos que vivían como pareja pero en realidad eran unos hermanos que habían cometido incesto, ella le comento a Juan que hace muchos años no salía de la casa por vergüenza. Durante su primera noche en el pueblo, nuestro protagonista siempre está acompañado de algún fantasma del pasado que vaga por el pueblo pero que él mismo no es capaz de saber si es real o no. Incapaz de soportar esta situación Juan muere, dice que lo han matado los rumores y es enterrado en la fosa que ocupa una mujer del pueblo (quien lo enterró es un misterio, quizá fue la pareja de ancianos).
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