PLAN DE ESTÍMULO ECONÓMICO (PEE)

PLAN DE ESTÍMULO ECONÓMICO (PEE)

El Ejecutivo lanzó el Plan de Estímulo Económico (PEE) a finales de enero, con miras a suavizar el efecto de la crisis internacional en el Perú y crecer este año (al menos) en un 5%.

Su creación coincide con las nuevas proyecciones del FMI, que no solo pronostican el bajo crecimiento para este año, sino que reconocen la urgencia de aplicar medidas lo antes posible.

Fue diseñado para apoyar tres áreas específicas:

• Impulso de la actividad productiva.
• Protección social.
• Continuidad de las inversiones en infraestructura.

El contexto que se percibe es oportuno aunque hay algunas medidas que podrían analizarse. Para el pasado 13 de febrero fueron promulgados seis paquetes de medidas (decretos supremos, de urgencia y proyectos de ley). Entre estas, las más resaltantes (y las que significan un mayor desembolso fiscal) son las referentes a los créditos suplementarios, proyectos de inversión y mantenimiento de obras de infraestructura, transferencias y modificaciones de reglamentos (como el arancelario, por ejemplo). En total, se prevé gastar S/. 4,500 millones, que representarían el 2% del PBI, aproximadamente.

Algunas de las medidas más significativas son, la reducción del 10% en el precio de combustibles (lo que significa un desembolso aproximadamente de S/. 500 millones),S/. 1900 millones para la ejecución prioritaria de diversos proyectos de inversión en obras públicas de infraestructura y servicios públicos, la agilización del SNIP, así como S/. 300 millones en obras del sector transporte.

También se han promulgado medidas que indirectamente buscarán paliar la crisis. Por ejemplo, un proyecto de ley que declara prioritaria la ejecución de “iniciativas de apoyo a la competitividad productiva”, sin pasar por el SNIP; o la reducción de plazos para obtener la certificación ambiental y así acelerar la ejecución de proyectos prioritarios, son algunas de las políticas más importantes.

Sin embargo, existen algunos otros puntos del plan que no terminan de convencer. Uno de ellos y quizá el más controversial, es el aumento del drawvback del 5% al 8%, lo que significa un gasto de S/. 360 millones. En realidad, después del boom exportador, las exportadoras deberían estar en una situación ideal para afrontar los momentos difíciles, no pedir mayor subsidio. No solo se puede, sino que se debe ser más competitivo en el mercado internacional, sobre todo ahora que nos encontramos en un proceso de rebajar los aranceles a niveles competitivos.

Por otro lado, y además del impulso fiscal, el gobierno debería enfocarse con más ahínco en el desarrollo de reformas más concretas, es decir, reformas más de fondo que nos ayuden a sobrellevar de una mejor manera la crisis y que a la vez sean una base para un desarrollo a largo plazo.

Lo cierto que es que el impulso fiscal podrá tener (ojalá) el efecto deseado para la economía. Acordémonos también de que el gasto fiscal no ha solido tener la eficacia ni eficiencia deseada, por lo que es de vital importancia evitar el incremento del gasto corriente a cambio de nada.

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