POESIAS DEL DIA DEL PADRE
Enviado por Joana123456789 • 16 de Agosto de 2013 • 339 Palabras (2 Páginas) • 557 Visitas
A mi papa
Papa, hombre lleno de virtudes
nos hiciste tan felices
a mis hermanos y a mamá,
aún hoy, en tus avanzados años
que el tiempo ha bañado,
tus cabellos de plata
tu cuerpo ya cansado,
y apenas puedes caminar,
todavía te preocupas
Por todos nosotros
Y preguntas por todos,
desde el más pequeño
hasta el más grande.
Tu justicia por los pobres
y tu bondad por los necesitados
lo llevo de herencia querido papá.
Hoy que es tu Día quiero decirte
que me siento orgullosa de ser tu hija.
Dios te bendiga querido papá.
Autor: Maria TorresPapa,
…
Mi viejito adorado
tu sabes cuanto te quiero
recordando el pasado
te escribiré lo que siento.
Cuando era niña inventabas
lindos cuentos y poemas
siempre había un nuevo tema
los cuentos eran de hadas
de reyes y princesas
y también nos recitabas
bellos versos de tu infancia
y algunos de Juan de Dios Peza.
Hoy vengo a darte las gracias
por todo lo que nos diste
por los regalos de la infancia
y lo mucho que nos quisiste.
Yo, de mis cuatros hermanos,
soy la que mejor te conoce
la que más a ti se parece
y dos gracias a Dios
por lo bien que no llevamos.
No te lo digo a menudo
ni tanto como quisiera
pero espero que tu sepas
lo mucho que yo te quiero
y que eres el mejor padre
de todo el mundo entero.
Autor: Raquel Cira Rodriguez
…
Recordando a mi padre
Te oigo en el silencio de noches largas,
escribiendo aquellos antiguos versos,
y te veo caminar cansadamente
por las calles de mi pueblo.
Te escucho murmurar entre diente:
“Ya me voy para viejo”
Aunque digan que estás muerto, yo no creo…
Cuando niño, sentía acariciar mis cabellos,
al llevarte a pasear con tanta alegría
aún siento la tibieza de tus manos,
de esas manos callosas de obrero
y con esas últimas monedas
me comprabas caramelos
aunque digan que estas muerto, yo no lo creo…
Siento el llanto acongojado en tu garganta
cuando el drama ya inundaba tu cerebro:
y tu férrea voluntad ya no podía,
nos dejaste como herencia, tu honradez,
tus virtudes y defectos, nos sirvieron
ser personas de bien fue tu legado
aunque digan que estas muerto, yo no lo creo…
Cuando miro al espejo y veo mi rostro,
marcado por las arrugas del tiempo,
y la muerte me lleve de este mundo
aunque digan que estoy muerto, hijo tú no creas…
Autor: Alfredo de Antonis
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