PROYECTO CAS Intercambio Lingüístico y cultural
Enviado por daniela_ortega • 5 de Abril de 2022 • Ensayo • 1.579 Palabras (7 Páginas) • 117 Visitas
Bachillerato Internacional
PROYECTO CAS
Intercambio Lingüístico y cultural
Autor:
Daniela Ortega
Abril 2022
UNA VISITA A LOS ADENTROS DE UN CORAZÓN EN APURO
“Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son realmente infinitos”
Madre Teresa de Calcuta
Creatividad, Actividad y Servicio son los tres elementos fundamentales que todos los alumnos pertenecientes al Programa del Diploma debemos completar como parte de nuestra formación, no solo académica sino también humana. A lo largo de los 2 años del Programa del Diploma hemos participado en una variedad de actividades simultáneas al estudio de disciplinas académicas que han cultivado nuestros pensamientos y han expandido de manera significativa nuestro conocimiento personal. Empero, no estaría completo sin la actividad CAS que como objetivo principal tiene que el alumno tome consciencia, tanto de la unidad que es uno mismo, su personalidad y espíritu, como del mundo que le rodea, es un proceso de reflexión e introspección que nos ayuda sacar nuestro lado más humano y convertirnos en seres buscadores del camino de la igualdad.
El área de CAS en el que se enfoco nuestro proyecto fue el servicio, un intercambio voluntario y no remunerado el cual significo un aprendizaje personal, respetando los derechos, dignidad y autonomía de todas las personas involucradas. La finalidad del proyecto fue potenciar del desarrollo personal e intrapersonal a través del aprendizaje mediante la experiencia, la cual brindo oportunidades de autodeterminación y colaboración con otras personas que fomento una sensación de satisfacción y disfrute de la actividad y sus frutos.
Luego de un largo proceso, determinado el proyecto y sus objetivos, nuestra aventura acababa de comenzar. Fue así como un martes 21 de diciembre de 2021, a las 8:00am mis compañeros y yo, como un equipo dispuesto a sacar lo mejor de esta aventura nos subimos al bus de la esperanza y aprendizaje, con un remolino de emociones y altas expectativas. El trayecto para llegar a nuestro destino fue largo y un poco cansado, nos dirigimos a la comunidad de Moraspungo, ubicada a 30 minutos de la ciudad de Otavalo, específicamente a la Unidad Educativa “Estuardo Jaramillo”, la cual cuenta con un número total de 30 estudiantes, que conforman los cursos de primero a séptimo de básica.
En cuanto llegamos, mi nerviosismo y emoción aumento notablemente, al ver un montón de rostros nuevos, niños entres 5 y 13 años, recibiéndome con una sonrisa realmente brillante, llena de vitalidad y alegría. Se acercaron sutilmente a saludar a cada uno de nosotros, casi instantáneamente su profesora, la Licenciada Patricia Gómez, los hizo formarse por cursos, para poder presentarnos oficialmente. Al ser una fecha cercana a la navidad, una semana antes de visitar la escuela, junto con la presidenta de curso, hicimos una petición al gobierno estudiantil, para que nos donarán 30 fundas navideñas y no llegar con las manos vacías y poder obsequiarles algo de nuestra parte. Aunque para mí fue un presente sencillo, para ellos significo demasiado y una gran alegría para su corazón, fue realmente enriquecedor ver sus rostros felices, por lo que me plantee a mi misma el objetivo de que mi próxima visita tampoco vendría con las manos vacías.
Los maestros a cargo indicaron que cada joven sería elegido por dos niños, para trabajar con ellos durante el tiempo que los visitemos, para mi gran sorpresa fui elegida por tres niñas llamadas, Sisa 12 años, Mikaela 12 años, y Sarita 6 años. Ellas me dirigieron a sentarme debajo de un árbol, pues me aseguraron que las personas que apenas se conocían si se sentaban a presentarse debajo de un árbol, su amistad duraría para siempre. Una vez ahí, les pregunté cada uno de sus intereses y gustos, mientras, Sisa y Mikaela, fueron totalmente extrovertidas y me contaron muchos datos interesantes acerca de ellas, Sarita la más pequeña no hablaba mucho y era demasiado tímida por lo que para poder comunicarme con ella tuve que ser un poco más persuasiva y delicada.
Para finalizar la visita de este primer día, nos juntamos todos en el patio central y jugamos un juego tradicional llamado “Las Cogidas”, el cual consiste en dividirnos en dos grupos, uno que trapa y otro que corre para no ser atrapado. Esta vez el grupo de los que atrapa fue conformado por mis compañeros y mi persona, realmente fue agotador y chistoso ver como a pesar de que éramos mucho más grandes y supuestamente ágiles se nos dificulto bastante poder atrapar a esos pequeños niños traviesos, realmente quedamos exhaustos, y fue ahí cuando nos despedimos hasta nuestra próxima visita, las tres niñas corrieron presurosas a darme el abrazo más cálido que jamás recibí, y despedirme con las palabras “Daniela vuelve, aquí te esperaremos”.
Con el fin de afianzar nuestros lazos de amistad, realizamos cuatro visitas más, la segunda fue el día sábado 5 de febrero. Con el fin de dejar la timidez de un lado, jugamos juegos tradicionales como: la rayuela, saltar la cuerda, carreras y aires. Sin duda fue rejuvenecedor, sentir nuevamente esa emoción y excitabilidad, propias de jugar, de no saber si vas a ganar o perder, poner tu corazón y alma en algo que te hace feliz, había olvidado lo satisfactorio que era ser pequeño, y aquellos infantes una vez más me devolvieron los colores a mi vida, verlos correr con tanta vida. Finalmente, los padres de familia tenían preparado unos sándwiches con cola, para brindarnos como muestra de agradecimiento y recibimiento, estuvieron realmente deliciosos.
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