PRUEBA LIBRO " EL PEQUEÑO NICOLÁS"
Enviado por Carolina Correa • 3 de Septiembre de 2019 • Examen • 818 Palabras (4 Páginas) • 249 Visitas
Recordando mi lectura domiciliaria[pic 1][pic 2]
El pequeño Nicolás
5º año básico – Lenguaje y Comunicación – Profesora Carolina Correa
Viernes 05 de abril de 2019
Nombre: ______________________________________________________________________
Puntaje ideal 29 puntos / puntaje obtenido: _____ puntos
II.- Responde cada pregunta marcando con una X la alternativa correcta (2 puntos cada una)
1.- ¿Qué pasó con el papá de Nicolás al final del juego de cow-boys?
- Se fue a la casa con el señor Bledurt
- Entro a casa cuando mamá los llamo a merendar
- Se quedó atado a un árbol gritando
2.- ¿Quién narra la historia?
- El narrador
- Nicolás
- El autor
3.- ¿Por qué “el Caldo” llevaba ese nombre?
- Porque consumía caldos en sus almuerzos y eran muy espesos
- Porque siempre le decía a los estudiantes que era bueno tomar caldo
- Porque siempre decía que lo miraran a los ojos y en el caldo hay ojos
4.- La maestra de Nicolás consideraba que sus estudiantes eran:
- Tranquilos y risueños
- Traviesos y peleadores
- Enojones y serios
I.- Lee cada afirmación y escribe frente a cada una, V si es verdadera o F si es falsa.
(2 puntos cada una)
- ________ Luisita era una niña, adorable, tranquila y amorosa
- _________ El hijo del agente de policía se llamaba Rufo
- ________ Kiki era el verdadero nombre de Rex
- ________ Godofredo llego disfrazado de marciano
- ________ Alcestes es un niño muy gordo que come mucho
III.- Lee el siguiente fragmento “—Entonces —dijo Alcestes—, ¿cómo vamos a arreglarnos para fumar este puro? Yo propuse que le pidiéramos fuego a un señor en la calle, he visto cómo lo hace mi papá y es muy divertido, porque el otro señor trata siempre de encender su mechero y no puede, con el aire, y entonces le da su pitillo a papá y papá apoya su pitillo contra el del señor y el pitillo del señor queda todo arrugado y el señor no parece muy satisfecho. Pero Alcestes me dijo que si estaba mal de la cabeza, que ningún señor querría darnos fuego porque éramos demasiado pequeños. Lástima, me habría divertido arrugar el pitillo de un señor con nuestro gran puro. —¿Y si fuéramos a comprar cerillas a un estanco? —dije.”
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