Parafrasis de la fiebre puerperal Transcrito por Ignaz Semmelweis

La fiebre puerperal.

Transcrito por Ignaz Semmelweis.

En el año 1844, 260 de 3157 madres, es decir un 8.2% que dieron a luz en la primera división de maternidad, murieron de fiebre puerperal, esta primera división  tenía el mayor número de casos de mujeres con dicha enfermedad, la cual afectó a un gran porcentaje de mujeres tras el parto, causándolas la muerte. Para el año 1844 la cantidad de muertes disminuyo 1.4%  (44 mujeres menos)  pero en el año 1846 aumento un 3.2% de las muertes más que en el  año 1844 es decir, de ser 260 aumento a 360.

Lo alarmante de estas cifras, era que en la segunda división el número era mucho menor (de menos del 3%). Para intentar resolver este problema, se comenzó por considerar algunos factores tradicionalmente aceptados como causas de dicho mal.
Semmelweis pensó en un primer momento que podía deberse a cambios atmosféricos-cósmico-telúricos, es decir, a alguna epidemia que hubiese por aquella época y que pudiese afectar a las embarazadas.

Sin embargo, esta explicación dejaba sin respuesta el problema de la razón por la cual se veían afectadas de manera predominante las pacientes de la primera división en relación con la segunda.

Otro hecho que ponía en entredicho la explicación epidémica fue que Semmelweis observó que las mujeres que, por sorpresa, parían en la calle y sólo después llegaban a la sala del hospital, casi siempre se salvaban, incluso en las épocas de epidemias y a pesar de las condiciones adversas en que se encontraba el alumbramiento de las vías públicas, los casos de fiebre puerperal entre estas mujeres eran menos que entre las que se encontraban en la primera división.

Otra posible explicación fue el hacinamiento (muchas personas que conviven amontonadas en un espacio que sería ideal para muchas menos), pero esta se considero poco probable ya que las condiciones de sobrepoblación eran mayores en la segunda división. De igual forma se rechazaron las explicaciones basadas en el tipo de cuidados, como limpieza, se comprobó que la limpieza era la misma en ambas Divisiones. Y en dietas la calidad de la comida era la misma tanto en una División como en otra.

Una comisión investigadora en el año 1846, dijo que la responsabilidad  era de los estudiantes que habían revisado a las parturientas debido a unas prácticas universitarias.  Aseguraban que no estaban bien realizadas. Semmelweis refutó esta hipótesis al afirmar que las lesiones producidas en el proceso del parto son mucho mayores que las que pudiera producir un examen poco cuidadoso, y que las comadronas (las que se encargan del cuidado de la salud de las mujeres en su embarazo) de la Segunda División reconocían a las pacientes de la misma manera que los estudiantes.

Para demostrar que esta hipótesis era falsa redujo el número de estudiantes y se restringió casi al mínimo el reconocimiento de las mujeres por parte de ellos y la mortalidad, tras descender un poco, alcanzó sus cotas más altas.

Ante la debilidad de este tipo de explicaciones se intentaron otras, por ejemplo, en el ámbito psicológico, en la Primera División, cuando una parturienta estaba a punto de morir, el sacerdote iba hasta la enfermería, donde se encontraba la moribunda, haciendo sonar una campanilla. Para llegar, tenía que atravesar cinco salas, pasando entre las camas de las demás mujeres que, al oír el sonido, se deprimían y debilitaban. La diferencia con la Segunda División era que en esta el sacerdote podía pasar directamente a la sala de enfermas desahuciadas.

Se convenció al sacerdote que accediera por otra ruta hacia la sala de la primera división, y también se le pidió que no usara su campana, ya que se creía que esta podía ser otra posibilidad, y así llegaba en silencio y sin ser observado. Sin embargo, esto no hizo que la mortandad disminuyera.

Se intentó una explicación más, observando las dos Divisiones, comprobó que las mujeres de la Primera División estaban en sus camas de espaldas y las de la Segunda, de lado, así que trató de colocar a las de la Primera de lado también, pero una vez más la tasa de mortalidad se mantuvo sin variación.

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