Pedroy Juan
Enviado por samantharivera • 29 de Septiembre de 2014 • 1.192 Palabras (5 Páginas) • 341 Visitas
Capítulo I
La novela comienza en que está el viejo Roland con su familia, y con Madame Rosémelly y su esposo Jerónimo de pesca, esperaban a que un pez picara, pero no había ninguno porque ya era muy tarde.
También estaban con ellos Pedro y Juan, hijos del viejo Roland.
El viejo Roland, les preguntaba a sus hijos que cuanto habían pescado, Pedro que era el mayor, tenía 30 años, era un hombre de patillas negras cortadas como las de los magistrados, le respondió que tenía como 3 o 4 pescados.
Y a Juan que era el menor de 25 años, un muchacho rubio, muy barbudo, le respondió que al igual que su hermano tenía 4 o 5 pescados.
Roland era parisiense y su amor por la navegación y la pesca indujeron a abandonar el negocio en cuanto su posición fue lo bastante desahogada para permitirle vivir de sus rentas. Se retiró a El Havre, compro una barca y se convirtió en marinero de afición.
Sus dos hijos Pedro y Juan se quedaron en Paris para continuar sus estudios, el mayor iba a recibirse en medicina y el menor en derecho.
Su madre, era una mujer de orden, hurgue ahorradora y un poco sentimental, apaciguaba continuamente la rivalidad que existía entre sus hijos debido a las pequeñeces que surgen en la vida.
Rosémilly era una joven de 23 años, viuda de un capitán de la marina mercante, tenía por costumbre ir a casa de Madame Roland por las noches a platicar
Al regresar Pedro y Juan, encontraron a Rosémilly en su casa, comenzaron al acto a cortejarla, no por agradarle, si no por desbancarse mutuamente.
Pasaron una tarde de pesca todos juntos, y el viejo Roland, observo a sus hijos remando, para ver la fuerza que tenían, llegaron a la ciudad, invitaron a comer a Madame Rosémilly, la cual acepto.
Al llegar a su casa la sirvienta Josefina los recibió y le dio el aviso al viejo Roland, de que el notario iba a presentarse en la tarde.
Preocupados, Madame Roland se puso a pensar a que podría deberse la visita.
Llegada la tarde el notario se presentó y les dio el comunicado de un testamento del que era un viejo amigo de la familia, el cual había Fallecido, su nombre era Maréchal, y dejo toda su herencia a el hijo menor de los Roland, Juan.
Capítulo II
Pedro, después de saber de la herencia de su hermano, se sentía incómodo, agobiado, descontento, como cuando se ha recibido una mala noticia. Algo le dolía sin saber que, sentía un desasosiego, como una herida oculta que no se localiza pero molesta, un sufrimiento desconocido y ligero.
No sabía por qué podría sentirse así, y después de tanto pensar, llego a la conclusión que tal vez su sentir podría ser por la herencia de Juan, sentía envidia hacia él.
Salió a caminar y observar los barcos que llegaban, y en eso vio una barca de pesca que regresaba sin ni un rumor de voces, Pedro se dijo a el mismo, que si pudiera estar ahí tal vez recobraría la tranquilidad, luego vio a un hombre sentado en el extremo del espigó, se acercó y vio a su hermano Juan, y estuvieron charlando sobre lo que sentían al estar en el barco, pero Pedro no podía dejar de pesar en la herencia de su hermano, y se retiró.
Pedro al regresar a la ciudad fue en busca de un viejo y sabio amigo Marowsko, con quien se sentía confiado, le conto su sentir por la herencia de su hermano, pero no logro nada, impaciente regreso a su casa y se acostó.
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