Personajes Primarios y Secundario
Enviado por EDIMEDINA • 6 de Enero de 2014 • Informe • 1.028 Palabras (5 Páginas) • 546 Visitas
Personajes Primarios y Secundario
Vladimiro Petrovitch : Es el joven enamorado atormentado por la duda y los celos
Princesa Sassiackin : Princesa cincuentona , pobre , fracasada y amargada con deudas y problema
Sinaida : Hija de la princesa sassiackin coqueta hermosa y seductora le gusta atraer los hombre
Maria Nicolievna : Madre de vladimiro es una mujer que sufre junto a su marido pedro Vasilievitch diez años menor que ella porque este no le es fiel
Pedro Vasilievitch : Padre de Vladimiro y esposo de Maria nicolievna es puesto sobrio y dueño de una personalidad equilibrada que le permite seductor
Bielowsorovv : Usar enorme de piel roja ojos enromes y cabellos rubios es el primer de la galería de admiradores de Sinaida
Midanow : Poeta trágico que con su voz nasal gusta de declamar sus composiciones a Sinaida
Luschin : Medico con aires y alcances de psicólogo también participa de los juegos y aspira a casarse con Sinaida
Malewscki : El conde es descrito como buen mozo moreno que vestía con elegancias
Nirmartscki : Capitán retirado sueña con ser esposo de Sinaida
Bonifacio : Criado de los Sassiackin
Volodia : Hermano de Sinaida
Tenía entonces dieciséis años. Era el verano de 1833.
Vivía con mis padres en Moscú; ellos tenían alquilada una dacha en Kaluzhskaya Zastava frente al parque Nescuchnoye. Estaba preparándome para ingresar en la Universidad, pero estudiaba poco, sin hacer el menor esfuerzo.
Resumen de la obra
Mi Primer amor
Nadie ponía trabas a mi libertad. Hacía lo que me venía en gana, sobre todo cuando se fue mi tutor francés, que nunca pudo hacerse a la idea de que había caído «como una bomba» (comme une bombe) en Rusia y se pasaba la vida tumbado en la cama con cara de mal humor. Mi padre me trataba con una mezcla de indiferencia y cariño. Mi madre apenas me hacía caso, a pesar de ser su único hijo, pues otras preocupaciones acaparaban su atención. Mi padre, joven y bien parecido, se había casado con ella por interés. Ella era diez años mayor que él. Mi madre llevaba una vida triste. Siempre nerviosa y comida por los celos, se ponía de mal humor, pero nunca en presencia de mi padre, a quien temía.
Él, en cambio, era seco y frío con ella y la mantenía a distancia... No he visto jamás a un hombre de una tranquilidad tan digna, tan seguro de sí y tan dominante.
Nunca olvidaré las primeras semanas que pasé en la dacha. Hacía un tiempo espléndido.
Nos instalamos el 9 de mayo, el mismo día de San Nicolás. A veces me iba a pasear por el jardín de nuestra dacha, o por Nescuchnoye o Kaluzhskaya Zastava. Me llevaba algún libro, por ejemplo el manual de Kaidanov, pero raramente lo abría. Y más que leer, recitaba en voz alta . La sangre
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