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Poema De Fernán González Y Poema Del Cid


Enviado por   •  7 de Mayo de 2013  •  2.254 Palabras (10 Páginas)  •  465 Visitas

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POEMA DE MIO CID Y POEMA DE FERNÁN GONZÁLEZ

ASIGNATURA: La imagen de los árabes en la España Medieval

PROFESORA: María Eugenia Góngora

ALUMNA: Dafne Poblete Yáñez.

AÑO: 2005.

INTRODUCCIÓN

Según Álvaro Galmés de Fuentes , la caballería árabe es anterior a la castellana, por cuanto ya se menciona a Alí, el yerno de Mahoma, como el primer caballero, en tiempos bastante anteriores al desarrollo de la épica en España.

Los narradores épicos árabes se ubicaban en La Medina y en La Meca para relatar sus historias, basadas en personajes importantes y conocidos, como fueron Daniel, Abraham, etc. Estos narradores imprimían a su narración el carácter de prédica, aunque con el pasar del tiempo fueron derivando hacia un estilo juglaresco, perdiendo con ello la dignidad de la que gozaban en tiempos anteriores. Además, se preocupan fundamentalmente de que las historias contadas sean “ extrañas”.

Se sabe que el Cid gustaba de escuchar épica árabe y , a través de Alfonso el sabio, manejamos la existencia paralela de juglares moros y cristianos.

La épica árabe cuenta especialmente acciones guerreras en las que está involucrado Mahoma, no narran la conquista de España, sino que se ubican en hechos anteriores. Los dos poemas que revisaremos tratan de la presencia árabe en tierras castellanas, aunque, según veremos, tengan visiones distintas.

Nos encontramos frente a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, figura largamente estudiada a lo largo de los años por autores de diversas procedencias. Así es que en 1110 Ben Alcama, moro valenciano, nos entrega una elocuente visión del Cid como una gran calamidad que azota al pueblo musulmán. Según Menéndez Pidal, el odio que siente por El Cid le da mayor veracidad a sus opiniones. Luego tenemos a Ben Bassan, moro portugués, quien en 1109 llama al Campeador “ perro gallego”, pero, a pesar suyo , realiza un elogio de Rodrigo Díaz, al considerarlo un prodigio del creador.

La visión de los cristianos es muy distinta y se encuentra en la Historia Roderici, escrita por un clérigo mozárabe, siendo esta obra una exaltación de la fidelidad y del esfuerzo heroico del personaje.. También aparece mencionado en el Chronicon mundi de Túy( 1236) y de Rebus Hispaniae del arzobispo de Toledo en 1243.

Sabemos, además, que en tiempos de Felipe II se tuvo la peregrina idea de canonizar a Rodrigo Díaz y que Alfonso X, en su historia de España, simplemente narrativiza los romances y los incluye como hechos históricos fehacientes.

Sin embargo, es más adelante que la figura del héroe vuelve a relativizarse, cuando Dozy, erudito francés, en una documentada biografía del personaje, le da la calidad de mercenario que lucha ora por Alá , ora por Cristo.

Semejante es la situación del conde Fernán González, quien aparece vestido con los mejores ropajes de la virtud en el poema que lleva su nombre, pero que en los romances muestra características bastantes diferentes, como es la soberbia y el gran interés de su lucha personal por la riqueza, aprovechándose, incluso, de las rencillas entre los reyes cristianos.

En adelante revisaremos los poemas de desde dos perspectivas: aquella que los acerca a los postulados de Galmés en cuanto a las coincidencias entre ambas épicas y algunos ejes temáticos importantes en las dos obras.

LA VISIÓN DEL OTRO:

En el Poema de Fernán González, son los árabes los grandes enemigos de la cristiandad. Los castellanos los califican de una manera tremendamente negativa y les otorgan acciones de naturaleza más que bárbara. Aparecen mencionados como “ traidor enemigo, gentes africanas, gente renegada, paganos, pueblos descreídos, malas gentes, lobos, sierpe rabiosa, almohades, almorávides, fieras, turcos, etc. “. En tanto los cristianos son “ pueblo cruzado”, “ corderos”.

Además de dichos epítetos, se nos presentan como antropófagos, dado que asesinan a los cristianos, los cuecen y se los comen, de tal modo que más les valdría a los bautizados no haber nacido. Son seres diabólicos con poderes sobrenaturales para emplear la magia y la brujería. Satán es quien les da tales poderes.

El sentimiento cruzado está muy presente en el poema, como lo reflejan las constantes alusiones que hace el narrador. Los españoles , o mejor, los castellano unidos en contra de Almanzor son el pueblo cruzado que lucha en contra de este enemigo que es el mismo Satán. Una alusión a la perdida Acre nos pone también en el contexto de las cruzadas en Tierra Santa, que en este caso vendría a ser la cristiana España.

En el Poema del Cid, en cambio, los árabes son individualizados como “ moros y moras”, no existiendo adjetivos peyorativos para referirse a ellos. En el contexto general puede intuirse cierto desdén, principalmente relacionado con los fracasos guerreros y la falta de valor.

Los pueblos vencidos por campeador les quedan agradecidos por la carencia de crueldad innecesaria, aunque también se dice que el Cid desea ser servido por estos moros. Pese a esto, el campeador se muestra especialmente cruel con Búcar, el que viene de Marruecos, en ese episodio se habla de la gran matanza y el correr de la sangre por la tierra y los brazos.

No se percibe en el Poema de Cid el sentimiento cruzado que tan claro nos parece en el otro poema. Si bien el Cid es un hombre profundamente religioso como lo presenta el poema, las menciones a las mesnadas o a él mismo no contienen la idea de que se lucha por la fe, sino por la reparación de la honra y el perdón real.

EL HÉROE

Fernán González se nos aparece como “ el mejor, lozano, caballero lozano, conde primero, conde orgulloso, Fernando de los hechos granados, leal caballero, corazón sin flaqueza, conde batallador, buen guerreador, etc”. Es el hombre que no tranza con los musulmanes, para él su fe es la única y verdadera. Fue Dios mismo quien consagró a España como una nación religiosa y profundamente cristiana. El poderío de Mahoma “ no vale ni tres arvejas”.

Los castellano sufren lo indecible , víctimas de este pueblo diabólico que sacado todo del orden en el que estaba. En otros tiempos las iglesias estaban bien ordenadas, poseían cera suficiente ,el pueblo acudía sin temor. La invasión venida de África les ha quitado todo y más valdría el suicidio. Importante comentario para un pueblo que cree firmemente en las escrituras, si consideramos que el suicidio no está permitido para los católicos, pero que en el poema se justifica en cuanto es morir por la fe, no permitiendo ser vulnerados o violados por los paganos.

Rodrigo Díaz, “ el que en

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