Poema Del Mío Cid
Enviado por didine • 4 de Marzo de 2014 • 2.846 Palabras (12 Páginas) • 290 Visitas
Poema del Mío Cid
Comentario sobre la primera embajada al rey Alfonso.
El texto que vamos a comentar es un extracto del libro Poema de Mío Cid, más precisamente estudiaremos La primera embajada al rey Alfonso. La primera embajada al rey Alfonso se produce casi al final del primer cantar. Decimos « casi » porque en realidad no finaliza con este evento aunque su ubicación dentro de la obra se convierte en una especie de pasaporte para continuar en un sentido progresivo y positivo esta primera parte.
Para ser más precisos, nos referiremos a las versos que se encuentran a partir de la tirada n° 40, v. 778 y hasta el final de la tirada n° 47 v. 880.
En primer lugar, introduciremos brevemente los hechos más importantes que se producen en este momento de la trama y luego trabajaremos en detalle algunos versos para comprender más acabadamente el significado puesto en juego.
Es importante señalar que los hechos que vamos a tratar son las consecuencias directas de los triunfos del Cid y, en particular, del último en las tierras moras de Fariz y Galve. A partir de la ganancia del botín de la batalla, El Cid decide enviar un presente al rey para volver a ganar su favor. Este aspecto es de gran importancia ya que a lo largo de toda la obra nuestro noble infanzón busca acrecentar su honra y no podrá lograrlo si no obtiene la gracia de su rey y por tanto su re inclusión en la sociedad de la que había sido expulsado a través de la orden de destierro. La única manera, entonces, es pelear en tierras moras fuera del amparo de Alfonso manteniendo su fidelidad y enviando sucesivos regalos que lo congracien nuevamente con él y así, hacer la verdad de su conducta por encima de la mentira de sus enemigos. Minaya Albar Fañez quien en el poema es el brazo derecho del Cid (así lo dice en el v. 810 « mio diestro braço ») será el encargado elegido por el Campeador para cumplir con esa tarea. A lo que respondió su fiel vasallo « esto faré yo de grado » (v.819) Una vez, Minaya en Casilla, Minaya se encuentra con el rey pero este considerará aún prematuro otorgarle el perdón (se lee en los v. 881-883) No obstante, Alfonso acepta el presente y le otorga su gracia a Minaya (v. 884-889) Al mismo tiempo, el rey permite que Minaya y sus hombres vayan al encuentro de su Señor el Cid Campeador. Eso es, finalmente, lo que ocurre se expresa la alegría de todos y continúa la aventura en tierras de Alcañiz y más adelante en territorios bajo el amparo del conde de Barcelona.
El extracto que estudiamos es muy visual y representa la problemática que se destaca a lo largo del libro, a saber la recuperación por el Cid de su honor. Así vamos intentar responder a la cuestión siguiente: ?Cuales son los elementos que nos permiten resolver este problema de la recuperación del honor del Cid?
Una vez expuesto el argumento de los versos que nos tocan, vamos a comenzar a analizar los versos de forma más detallada: la primera parte va a tratar de la lucha para recuperar su honor, la segunda parte expone el tema del buen soldado, y la tercera puede titularse el regalo para el Rey.
Vamos a estudiar los primeros versos:
V.778-784: A Minaya Albar Fañez bien l’anda el cavallo,
d’aquestos moros mato .xxxiiii. ;
espada tajador, sangriento trae el braço,
por el cobdo ayuso la sangre destellando.
Dize Minaya : ‘Agora so pagado,
Que a Castiella iran buenos mandados
Que moi Cid Ruy Diaz lid campal a [arrancada].’
Con estos versos aparece representada la figura de Minaya. A. Várvaro ha dicho de él que es el segundo héroe del poema (o deuteragonista). En la obra asi como en la historia, fue sobrino del Cid.
En los versos que acabamos de leer podemos encontrar la imagen de un fuerte Guerrero., que solo él ha matado a 34 moros. Es un Guerrero orgulloso y que espera –así como el Cid y ahí se ve la concordancia entre los valores de uno y otro- que las noticias de esta gran victoria lleguen a Castilla para poder recuperar el honor perdido en el destierro.
Y luego, vendrán los demás guerreros; después, aparece el Cid, en una imagen triunfal:
v.787-790 : Yas tornan los del que en buen ora nasco.
Andava moi Çid sobre so buen cavallo,
la cofia fronzida : ¡ Dios, commo es bien barbado !
Almofar a cuestas, la espada en la mano.
En el v. 787 observamos el uso del epíteto épico o frase reverencial (según Colín Smith) « del que en buena hora nació » para referirse al Cid sin nombrarlo y que sirve para realzar el estilo y enaltecer la figura de nuestro héroe.
Ya en el verso 788 y los que siguen, tenemos la imagen física del Cid sobre el caballo, con la espada en la mano (que casi diríamos que la tiene en alto, por la fuerza que tiene esta imagen en sí) El narrador hace referencia a las barbas del Cid y esto constituye en fuerte símbolo del honor de caballero, y de su sabiduría o sapientia, en términos de Francisco López Estrada. A lo largo del poema está representación física se encuentra ligada a su mesura, a su capacidad estratégica y también a su instinto ligado a la experiencia de hombre maduro.
Estos rasgos físicos como la mano, la barba, la cofia fruncida funcionan a manera de sinécdoque mostrándonos al hombre de cuerpo entero.
Luego del triunfo, el Cid agradece a Dios la victoria (v. 792-793) El Cid es un buen cristiano y un caballero y que actúa en base a los códigos que rigen a estos dos estatutos.
Luego, el narrador se referirá al botín ganado en la batalla (v. 794-805) En estos versos se puede ver, por una parte, el valor que se le da a los bienes materiales que son el modo de subsistencia del Cid y los suyos y simultáneamente, la idea que se desprende de ello, que supone que la ganancia creciente implica, paralelamente un crecimiento en la honra y la posición social del héroe ; por otra parte, se puede observar la oposición o duplicidad entre moros y cristianos, en el recuento de los heridos del lado de las tropas del Campeador –donde solamente faltan 15 personas- y la alegría del triunfo y la derrota y la pérdida entre los moriscos.
Además, cabe señalar que se destacan también el carácter generoso del Cid para con los suyos (v.803-805) e, incluso, con los contrarios (v.801-802). Sin embargo, en este punto, pensamos que se trata más bien de una cuestión de táctica ya que una vez producida la derrota es beneficioso establecer una especie de paz que permita la convivencia a través de una relación de dominadores-dominados o, para ser más exactos, en una relación pactada por el vasallaje. El narrador lo destaca en su generosidad de la siguiente
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