Primera y última vez
Enviado por vantdid • 18 de Mayo de 2019 • Trabajo • 565 Palabras (3 Páginas) • 100 Visitas
Primera y última vez
Esa mañana tocaron a la puerta, abrió y se encontró cara a cara con ella: la mujer qué más temía y odiaba en el mundo.
Ya era hora. A pesar de que Emily llevaba esperando apenas 5 minutos, el tiempo se había convertido en una eternidad. El nerviosismo había comenzado a apoderarse poco a poco de su ser, su pulso estaba acelerado y el sudor comenzaba a recorrer su rostro.
Dejó pasar a la mujer. Ésta inmediatamente le exigió a Emily recostarse únicamente con su ropa interior. Temblorosamente asintió, para denotar un sí como respuesta.
Emily estaba recostada boca abajo, mientras que esperaba a que la joven mujer comenzara a hacer lo suyo. De pronto, al percibir su presencia y autoridad en la habitación, el nerviosismo comenzó nuevamente a invadir su cuerpo. Mientras más cerca la sentía, más se arrepentía de haber aceptado encontrarse con ella. Estaba muy confundida, dudosa de todo lo que podía suceder las próximas horas. Respiró profundamente, e intento calmarse lo que más pudo para no hacer enfadar a su opresora.
Comenzó a sentir como recorría sus piernas desnudas con sus manos, muy suavemente, pero poco a poco aumentó el ritmo, perdiendo cada vez más y más la piedad con las extremidades de Emily. Una vez que oprimió sus muslos, lo suficiente como para que quedaran totalmente rojos e hinchados, prosiguió con en el resto de su cuerpo. La desesperación era inmensa, ella intentaba no desfallecer ni expulsar sonido alguno, sin embargo cada vez era más difícil contener los gritos de su agonía.
Magdalena, la mujer, se detuvo unos minutos. – Voy y vuelvo, exclamó.
Cuando Magdalena volvió, lo hizo con una acompañante, quien se encargó de cubrir el rostro de Emily por completo, dejándola apenas respirar. Una vez hecho esto, la mujer suspiró y tomo todas sus fuerzas para continuar.
Emily sintió como poco a poco se deslizaba un objeto tibio por su espalda, no podía identificar bien lo que era, pero lo que sea que haya sido, lograba estremecerla completamente, haciéndola incluso, literalmente, saltar del dolor.
Para evitar que se moviera tanto, la mujer que ayudaba a Magdalena, procedió a afirmar sus extremidades, inmovilizándola desde las muñecas. Magdalena prosiguió.
El sufrimiento era enorme, su espalda ardía llegando a un punto de perder su sensibilidad. Cuando la tortura no podía ser mayor, comenzó a hacer lo mismo con sus brazos y rostro. Su piel ardía intensamente, era como si le estuvieran prendiendo fuego o incluso peor.
Parecía como si la tormenta nunca fuese a terminar. Pero para suerte de Emily, un silencio largo y profundo interrumpió la sala. Quedó sola por unos minutos, mientras que aún su rostro estaba cubierto.
De pronto, la mujer que había sostenido su cuerpo le destapó el rostro. – Vístete rápido y por favor apúrate. Te estarán esperando en el salón principal.
Emily suspiró, recogió su ropa y se vistió lo más rápido que pudo considerando su dolor. Tomo su bolso y se dirigió al lugar acordado.
Allí estaba la joven.
- Se notó bastante que llevabas mucho tiempo sin someterte a esto –Dijo Magdalena-
- Así es.
- Espero que no se vuelva a repetir.
- Dudo que así sea.
- Muy bien. Dejemos agendada de inmediato tu próxima visita conmigo.
- ¿Qué? ¿Por qué?! –Exclamo fuertemente Emily-
- Hoy era tu última sesión de masajes reductivos, pero la depilación láser apenas la acabamos de comenzar, y todas las sesiones te las haré yo.
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