Prueba EL Viejo Que Leía Novelas De Amor

I. SELECCIÓN MÚLTIPLE. Marca con una X la letra de la alternativa correcta (2 puntos cada una).

1. ¿Quiénes eran los jíbaros?

A. Los habitantes del Idilio.

B. Los habitantes del dorado.

C. Indígenas rechazados por su propio pueblo.

D. Indígenas orgullosos y altivos de sus costumbres.

2. ¿Por qué el viejo llega a esa zona de las amazonas?

I. Porque su mujer no quedaba embarazada y pensaba que el cambio de clima les haría bien.

II. Porque el gobierno entregaba unas tierras para colonizar el amazonas.

III. Porque el viejo era aventurero.

A. Sólo I B. Sólo III C. I y II D. I, II y III

3. La enfermedad de la que murió la esposa del viejo es:

A. De gripe B. De Malaria C. De peste D. De fiebre

4. ¿Quiénes eran “Simpáticos como una manada de micos, habladores como los papagayos borrachos, y grito¬nes como los diablos”.?

A. Los habitantes del Idilio. B. Los habitantes del Dorado.

C. Los Shuar D. Los Jíbaros.

“Por esa razón debía marcharse cada cierto tiempo, porque le explicaban que era bueno que no fuera uno de ellos. Deseaban verlo, tenerlo, y también deseaban sentir su ausencia, la tristeza de no poder hablarle, y el vuelco jubiloso en el corazón al verle aparecer de nuevo.”

5. Del fragmento anterior se infiere que:

A. Los Shuar no deseaban que el viejo fuera de la tribu, porque no era de su raza.

B. Los Shuar no deseaban que el viejo fuera de la tribu, porque los sacaba de la monotonía de sus afectos.

C. Los Shuar no deseaban que el viejo fuera de la tribu, porque había dejado vagar el alma de Nushiño.

D. Los Shuar no deseaban que el viejo fuera de la tribu, porque causaba admiración entre las mujeres de la tribu.

6. ¿Cuál es el tema principal de la novela?

A. Las consecuencias de las acciones indiscriminadas del hombre en la naturaleza.

B. La muerte de los animales.

C. La avaricia del hombre extranjero.

D. La vida de las tribus amazónicas.

II. ÍTEM. DESARROLLO. Lee el siguiente fragmento y responde de manera clara y precisa. (3 puntos cada una)

Era más grande de lo que había pensado al verla por primera vez. Flaca y todo, era un ani¬mal soberbio, hermoso, una obra maestra de ga¬llardía imposible de reproducir ni con el pensa¬miento.

El viejo la acarició, ignorando el dolor del pie herido, y lloró avergonzado, sintiéndose indigno, envilecido, en ningún caso vencedor de esa batalla.

Con los ojos nublados de lágrimas y lluvia, empujó el cuerpo del animal hasta la orilla del río, y las aguas se lo llevaron selva adentro, hasta los territorios jamás profanados por el hombre blanco, hasta el encuentro con el Amazonas, hacia los rápidos donde sería destrozado

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